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1941 1941 |
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Director (es) : Steven Spielberg | ||||||||||||
Año : 1979 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Comedia-Sátira | ||||||||||||
Compañía productora : A-Team para Universal/Columbia | ||||||||||||
Productor (es) : Buzz Feitshans | ||||||||||||
Productor (es) ejecutivo (s) : John Milius | ||||||||||||
Productor (es) asociado (s) : Michael Kahn, Janet Healy | ||||||||||||
Guionista (s) : Robert Zemeckis, Bob Gale | ||||||||||||
Guión basado en : en un relato de Robert Zemeckis, Bob Gale y John Milius | ||||||||||||
Fotografía : William A. Fraker en Panavision y Metrocolor | ||||||||||||
Diseño de producción : Dean Edward Mitzner | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : William F. O'Brien | ||||||||||||
Vestuario : Deborah Nadoolman | ||||||||||||
Música : John Williams | ||||||||||||
Montaje : Michael Kahn | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : Jerry Zeismer, Steve Perry, Chris Soldo | ||||||||||||
Duración : 120 mn | ||||||||||||
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John Landis
Robert Stack Ned Beatty John Belushi Lorraine Gary Murray Hamilton Christopher Lee Tim Matheson Nancy Allen Toshiro Mifune Warren Oates Treat Williams John Candy Slim Pickens Mickey Rourke Samuel Fuller Penny Marshall Lionel Stander |
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Aún reciente el ataque de las tropas japonesas a Pearl Harbor, la ciudad de Los Ángeles se despierta atestada de un amplio despliegue de soldados, tanques y aviones con la intención de contrarrestar una posible del enemigo, el ejército japonés. Al frente de la operación se encuentra el comandante general Stillwell, que debe neutralizar el ataque de un submarino nipón, comandado por el almirante Mitamura, que deambula por las costas de California con el punto de mira puesto en la Meca del Cine, Hollywood. | ||||||||||||
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EL FILM «MALDITO» DE SPIELBERG Por Lluís Nasarre
![]() 1941 supuso el primero de los varapalos importantes en la emergente carrera de Steven Spielberg, a pesar de que en 1979, año de la realización del film, el director natural de Cincinnati ya era catalogado por muchos con la estúpida etiqueta de «El Rey Midas» de Hollywood. El film, concebido tras el hundimiento de lo que hasta entonces se entendía como el Sistema Clásico de los Estudios, donde no tenía tanta importancia la figura del realizador y sus decisiones, sino las directrices que había en el ínterin de cada productora, contiene, independientemente de sus fallos y desaciertos, toda una serie de aspectos que cimentan las bases de una trayectoria personal (una trayectoria que ese año fue denostada y que como consecuencia ocasionó un retraso comercial a su carrera, obviando sus anteriores éxitos), que para bien o para mal, para suerte de sus seguidores y para alimentar los sentimientos encontrados de sus detractores, constituye ineludiblemente una de las referencias fundamentales que han servido para construir (un término éste, algo ambiguo) el arte cinematográfico de los últimos tiempos.
El film, al margen de reflejar temas (la truncada objetividad de la mirada inocente que pretende plasmar en casi todos sus trabajos) que el director de Tiburón desarrollaría en otros momentos de su carrera —cfr. El imperio del sol (1987), La lista de Schlinder (1993) y Salvar al soldado Ryan (1998), o algunos apuntes de su tetralogía sobre el arqueólogo y aventurero Indiana Jones, demuestran la evolución sufrida por el propio Spielberg en relación a su visión de las contiendas bélicas acaecidas—, pasa por ser un ejercicio de perfecto desmadre,
![]() La película se inspira en un hecho real acaecido en febrero de 1942, cuando los radares americanos captaron un objeto volador no identificado acercándose a sus costas, poniendo a todo el mundo en pie de guerra. A partir de aquí, Spielberg y su equipo de guionistas, del que sobresale Robert Zemeckis, ubican la acción en la antesala de la Navidad de 1941 —período de la Paz por antonomasia— y sustituyen el pretendido avión japonés por un submarino de idéntica nacionalidad, lleno de nipones chillones, entre alucinados y sometidos. Con semejante carta de presentación se pueden hacer dos cosas: tomarse la invasión como un aspecto a desarrollar con vis cómica, o bien coger el toro por los cuernos (la opción más fácil) y presentarlo dentro de su vertiente más realista con sus consiguientes apuntes patrios donde ondea la bandera de la barra y las estrellas. John Frankenheimer desarrolló un brillante ejercicio de estilo en su opción realista con La cuarta guerra (1989) y John Milius —en funciones de productor ejecutivo en 1941— se dio de bruces con un experimento similar con la delirante Amanecer Rojo (1984) —en honor a la verdad cabe decir que no se sabe muy bien en qué sentido debe tomarse el deleznable film del director de la maravillosa El viento y el león (1975)—. Pero la opción de Spielberg y su equipo pasa por orquestar / especular un refrito de un tipo de cine reinante en aquel momento, tipo el muy recomendable y copiado hasta la saciedad Desmadre a la americana (1978) de John Landis, realizada un año antes, y utilizando a su película para homenajear a toda una serie d
![]() Spielberg utiliza como nexo de unión entre todo el variopinto grupo de personajes que integran el relato,al capitán de la aviación norteamericana Wild Bill Kelso, interpretado por el malogrado John Belushi, un icono de este tipo de cine de tintes cómicos que con su interpretación, alejada de los manuales al uso, se mueve dentro de un argumento imprevisible que lo único que pretende es encadenar diferentes tipo de situaciones, unas mejor hilvanadas que otras en que prevalece, por encima de todo la acumulación incontrolada y posiblemente mal gestionada por su director, el cual es más hábil en la puesta en escena de las diferentes master-pieces de
![]() Pero no todo tiene que ser apuntes poco complacientes. Como apuntábamos unas líneas más arriba, 1941, presupone y propone momentos de «marca Spielberg», que contribuirían a cimentar una obra consecuente y más madura con el tiempo. En 1979, eran los tiempos de las obras no completadas satisfactorias en su globalidad (un período excesivamente alargado para quién esto escribe); piezas que normalmente con su final complaciente de cara a la galería, empañaban los resultados. Eso no es óbice, por otro lado, para asentar los fundamentos de futuro de un director sumamente interesante, porque bajo mi punto de vista, Spielberg ha supuesto la prolongación / modernización de lo que representó la figura de Cecil B. de Mille en la construcción formal del aparato cinematográfico. Puede que los aspectos más misóginos del director de Por el valle de las sombras no formen parte de los manuales de Spielberg pero de lo que no cabe ninguna duda es que la voluntad formal de los dos directores posiciona al cine y a sus películas como un elemento con las suficientes dosis de espectáculo dentro de un ámbito que no deja de lado en ningún momento el didactismo de su propuesta. Es cierto que esto no se encuentra presente en 1941; las intenciones de su responsable no iban por esa dirección. Su voluntad se encaminaba a demostrar a la industria y al respetable que su oficio podía adaptarse a toda clase de aventuras de talante quijotesco, que sus virtudes y su savoir faire imperarían por encima de la idiosincrasia de cualquier proyecto, fuera del género que fuera. No obstante, los
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas. Formato: Pal Widescreen 2.35:1 (Anamórfico). Idiomas: Castellano, Inglés y Alemán. Subtítulos: Castellano, Inglés y Alemán. Duración: 120 mn. Distribuidora: Universal Pictures. |
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1941 (1979) |
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