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Náufrago
Cast Away
     
    Director (es) : Robert Zemeckis
    Año : 2000
    País (es) : USA
    Género : Drama
    Compañía productora : Dreamworks SKG/ImageMovers/Playtone para Twentieth Century-Fox
    Productor (es) : Tom Hanks, Jack Rapke, Steve Starkey, Robert Zemeckis
    Productor (es) ejecutivo (s) : Joan Bradshaw
    Productor (es) asociado (s) : Steven J. Boyd, Cherylanne Martin
    Compañía distribuidora : Hispano Foxfilm
    Guionista (s) : William Broyles Jr.
    Fotografía : Don Burgess, en Color DeLuxe
    Diseño de producción : Rick Carter
    Director (es) artistico (s) : Stefan Dechant, Elizabeth Lapp, Kim Sinclair, William James Teegarden
    Vestuario : Joanna Johnston
    Maquillaje : Deborah La Mia Denav
    Música : Alan Silvestri
    Montaje : Arthur Schmidt
    Montaje de sonido : Marilyn McCoppen
    Sonido : William B. Kaplan, Earl Sampson
    Efectos especiales : David Amborn, Steve Austin
    Ayudante (s) de dirección : Alan B. Curtiss
    Duración : 143 mn
   
     
    Tom Hanks
Helen Hunt
Nick Searcy
Ashley Trefger
Lindsey Trefger
Dennis Letts
Anne Bellamy
Alyssa Gainer
Nan Martin
Kaitlyn Gainer
   
   
   
Acostumbrado a manejarse en un mundo hipertecnificado, al sometimiento a un frenético calendario de trabajo que le lleva a desplazarse por numerosos puntos del planeta, Chuck Noland, ingeniero de sistemas de profesión, sobrevive a un accidente de avión en una zona indeterminada del Pacífico. Desprovisto del mundo al que se había adaptado, donde no faltan artilugios complejos que facilitan su existencia cotidiana, Chuck no puede dar crédito a su nueva situación, confinado en una isla tropical, sin posibilidad, cuanto menos a corto plazo, de regresar a su hogar. A partir de entonces, Chuck debe enfrentarse a una realidad hostil que, sin embargo, le ayudará a relativizar aspectos de su anterior vida y a agudizar el ingenio con el único auxilio de su fértil mente, capacitada para resolver problemas, aunque sea sin la ayuda de la tecnología. Pasa el tiempo y consigue organizarse; primero recogerá agua y crea herramientas rudimentarias y más tarde y con grandes esfuerzos crea fuego y aprenderá a pescar en los arrecifes coralinos. Su soledad le impulsa a entablar conversaciones con Wilson, una pelota de voleyball, con la que habla para intentar mantener la cordura. Su figura rechoncha del principio, transmuta a la de un atlético ermitaño en barbas y tostado por el sol.
Al cabo de cuatro años ya conoce las mareas y el régimen de vientos y olas y toma la decisión de salir de ese mundo que le mantiene prisionero, por lo que empieza a fabricar una balsa con troncos de palmeras, sujetas por cintas de vídeo. Espera el día en que el régimen de vientos cambie y le pueda ayudar a impulsarse fuera de la isla. Llega ese día y bota su balsa y logra salir del oleaje de la isla. Wilson, la pelota se cae durante el sueño de este y se pierde, con esto también se pierde la esperanza de Chuck y se entrega al destino. Es rescatado de manera milagrosa por un barco contenedor japonés.
Chuck regresa a la civilización, donde descubrirá que demasiadas cosas han cambiado durante los cuatro años que ha permanecido perdido: su novia se ha casado; pero aun le ama. Chuck, ya adaptado de nuevo a la sociedad, después de hablar con su ex novia ya casada, recupera su automóvil y se va a entregar el paquete que según la nota que le deja a la propietaria lo mantuvo con vida durante 4 largos años.
   
   
   

UN MUNDO EN SILENCIO
 
Por Frederic Soldevila
Tom Hanks, quién desarrolló la idea original de la película durante un encuentro con Zemeckis y participó con el guionista William Broyles jr. a crear el guión durante el rodaje de Apolo XII, es quien propuso que su personaje fuera un ejecutivo de FedEx que viaja por el mundo supervisando proyectos, para enfatizar así su capacidad de analizar situaciones relacionadas con la planificación y el tiempo para ponerlas en marcha, que le ayudará a sobrevivir e incluso a salir con vida de la isla.
Aunque Robert Zemeckis y su guionista William Broyles podrían establecer, partiendo de la singularidad del infortunado Noland en su sistemática laboral, una parábola social crítica con el ritmo de vida moderno occidental, alienador del propio individuo que se ve engullido en una engranaje rígido y cronometrado (Noland en Rusia asegura que de Memphis USA a Nikolai Rusia 87 horas, esto es un ultraje), la película se separa de esto para sorprender al espectador por la capacidad de mantenerle interesado con todo el episodio central de la isla, con un solo decorado y un solo personaje, fundamentado en la gran creación de Tom Hanks y en la adecuada modulación dramática que ostenta la realización de Zemeckis. Aunque el protagonista recibe un mensaje de su busca el día de nochebuena y debe irse, prometiendo estar con su amada Kelly en nochevieja, la película es mucho más que esa evidente contraposición entre un hombre atareado que controla milimétricamente el tiempo a ese mismo personaje, que por las circunstancias que sean, pasa a ser el elemento que dispone en más cantidad. De lo que más se carece a lo que más se dispone por obra de un accidente aéreo. Para más inri, Kelly regala a Chuck un reloj que había pertenecido a su abuelo, es decir, un instrumento que sirve para medir el tiempo, que Chuck, después de poner en la hora de Memphis, guarda celosamente. Así, si la variable tiempo nos otorga poder para organizar nuestra vidas, nos permite ir a cenas familiares de nochebuena (por cierto, exageradamente cargadas de comida), estar con nuestra novia o ir a trabajar a diversos puntos de planeta, la ausencia o la presencia de ese tiempo en definitiva no importan excesivamente pues tanto en una como en otra se certifica la necesidad ineludible de las relaciones sociales, y por ello en la isla surge la figura capital de Wilson. Ser creado por Noland para no caer en la locula, la película de boley se antoja un asidero emocional de gran importancia para alguien que no tiene a nada ni a nadie. No es dificil identificarse con ese ser humano desvalido, impotente pero no desesperanzado que llora amargamente la pérdida de la pelota Wilson que había sido su tabla de salvación y su única compañía durante cuatro años. Patética la escena sobre la balsa en la cual Noland pierde a Wilson y preciosa la escena del encuentro con la ballena, de una nada disimulada influencia felliniana.
   Con gran criterio, Zemeckis no otorga a la isla ni una naturaleza excesivamente peligrosa (como las películas de aventuras de Simbad o de King Kong) ni una naturaleza excesivamente acojedora (como las películas tipo Robinson Crusoe). Es sólo una coordenada física determinada por el tiempo, más que por el espacio, y así, al regresar a la civilización cuatro años después, Chuck de da cuenta, en palabras de Tomás Fernández Valentí, «de la necesidad de sobrevivir a los naufragios que nos depara la existencia» (1). Por ello, y con gran acierto, se produce la similitud entre la isla en medio del mar y la casa en medio de la pradera yerma, esa a la cual Noland va a llevarle el paquete que ha estado guardando durante cuatro años. Ha estado en otro espacio (aunque como resalto la isla y la casa se parecen), pero sobretodo en otro tiempo, que a la postre es el elemento que le ha ocasionado la pérdida de su novia (nunca deví subir a aquel avión, le confesará a Kelly). Sobrevivir es fácil, lo difícil es vivir.
   Zemeckis explora otras vías, igual o incluso más interesantes que la variable tiempo. La disposición del sacrificio para la consecución de fines o la imprevisibilidad del caprichoso destino son elementos que Náufrago analiza con detenimiento. Al final de la cinta, en una emotiva secuencia, Noland confiesa las tentaciones de suicidarse que tuvo en la isla, pero que su inquebrantable fuerza de voluntad y su amor por Kelly ayudaron a superar. Nos muestra, en definitiva, esta historia eterna sobre la capacidad de supervivencia de uno mismo por encima de su condición humana, adaptándose al medio en el que uno ha de vivir. En cuanto al destino, de los cinco hombres que viajaban en el avión sólo sobrevive el protagonista. La película no tiene lecturas religiosas y Noland no reza en ningún momento, pero es una lectura posible y queda aquí apuntada.
   Se refuerza todo ello con una excelente banda sonora de su compositor habitual, Alan Silvestri (en la isla no hay música, sólo cuando logra salir de ella con la balsa), y de su fotógrafo, Don Burguess. Magnífica la escena del accidente aéreo (la descompresión explosiva que muestra la película es espeluznante para todos aquellos que tenemos pánico a volar, como un servidor) y de la huida desesperada a través de las olas (encuadre totalmente oscuro, sólo iluminado por los rayos de tormenta del cielo, que nos pemiten ver en un plano cenital que la balsa del protagonista es un grano de arena en el mar).
   Por todo ello afimo que, en mi opinión, Náufrago es una gran película, e indudablemente la mejor película de Robert Zemeckis. Éste nunca ha estado ni probablemente nunca estará a la altura de los grandes creadores cinematográficos norteamericanos contemporáneos (Steven Spielberg, Tim Burton y James Cameron), pero con esta película demostró que podía estar cerca de ellos.•
 
 

 (1) Revista Dirigido por. Nº 298, febrero 2001. Barcelona.
   
     
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Características DVD: Contenidos: 
Disco 1: La película / Menús interactivos / Acceso directo a escenas. Disco 2: Material adicional: Entrevistas / Documentales / Efectos especiales / Storyboards / Galería de fotos / Trailer de cine / Anuncios de TV / Cómo se hizo. Formato: Pal Widescreen 16:9. Idiomas: Castellano, Inglés e Italiano. Subtítulos: Castellano, Inglés, Italiano y Portugués. Duración: 138 mn. Distribuidora: Paramount.
   
       
   

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