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El desafío
The Walk
     
    Director (es) : Robert Zemeckis
    Año : 2015
    País (es) : USA
    Género : Drama-Biográfica
    Compañía productora : TriStar Productions/Sony Pictures Entertainment/ImageMovers
    Productor (es) : Robert Zemeckis, Jack Rapke, Steve Starkey
    Productor (es) ejecutivo (s) : Ben Waisbren, Cherylanne Martin, Jacqueline Levine
    Compañía distribuidora : Sony Pictures
    Guionista (s) : Robert Zemeckis, Christopher Browne
    Guión basado en : en el libro To Reach the Clouds de Philippe Petit
    Fotografía : Dariusz Wolski en Color
    Diseño de producción : Naomi Shohan
    Director (es) artistico (s) : Félix Larivière-Charron
    Decorados : Ann Smart
    Vestuario : Suttirat Anne Larlarb
    Maquillaje : Christophe Giraud, Sonia Ngadi, Colleen Quinton, Sabrina Trudel
    Música : Alan Silvestri
    Montaje : Jeremiah O'Driscoll
    Montaje de sonido : Mac Smith, Randy Thom, Malcolm Fife, Teresa Eckton
    Sonido : William B. Kaplan
    Efectos especiales : Marc Reichel, Ryal Cosgrove, Andy Antoine
    Ayudante (s) de dirección : Darin Rivetti, Sinan Saber
    Duración : 123 mn
   
     
    Joseph Gordon-Levitt
Soleyman Pierini
Sir Ben Kingsley
Clément Sibony
César Domboy
Mark Camacho
Steve Valentine
James Badge Dale
Ben Schwartz
Benedict Samuel
Mizinga Mwinga
Jason Deline
   
   
   

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un joven soñador que se atrevió hacer lo imposible: recorrer de forma ilegal y sobre un cable la distancia que separaban las torres Gemelas de Nueva York. Petit, guiado por su mentor, Papa Rudy, y ayudado por un insólito grupo de reclutas de todo el mundo, tendrán que superar obstáculos imposibles, traiciones, disensiones e innumerables situaciones comprometidas para concebir y ejecutar su alocado plan.

 


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un joven soñador que se atrevió hacer lo imposible: recorrer de forma ilegal y sobre un cable la distancia que separaban las torres Gemelas de Nueva York. Petit, guiado por su mentor, Papa Rudy, y ayudado por un insólito grupo de reclutas de todo el mundo, tendrán que superar obstáculos imposibles, traiciones, disensiones e innumerables situaciones comprometidas para concebir y ejecutar su alocado plan.

 


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un joven soñador que se atrevió hacer lo imposible: recorrer de forma ilegal y sobre un cable la distancia que separaban las torres Gemelas de Nueva York. Petit, guiado por su mentor, Papa Rudy, y ayudado por un insólito grupo de reclutas de todo el mundo, tendrán que superar obstáculos imposibles, traiciones, disensiones e innumerables situaciones comprometidas para concebir y ejecutar su alocado plan.

 


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A LA ALTURA DE LA OBRA MAESTRA
 
Por Àlex Aguilera
Una de las mayores virtudes que puede alcanzar un film es el de ilustrar y entretener a la vez. Esta es la premisa principal de The Walk, la recreación de un sueño, el ‘americano’, en la mente de un joven autodidacta francés llamado Philippe Petit. La acción se remonta a los años setenta, década tocada por un halo de nostalgia en los últimos años, pues suyas son las recreaciones de varios títulos actuales tales como El puente de los espías o la no menos extraordinaria Dallas Buyer Club. En un alarde de complicidad con el público, Robert Zemeckis, director elegido para este desafío —apropiado título hispano— nos sumerge en la historia real del, a primera vista, insignificante Philippe Petit, ya desde las alturas, concretamente, desde la emblemática Estatua de la Libertad. He aquí un apunte curioso de la relevancia de esta presentación atípica pero justificada. El regalo que Gustave Eiffel hizo a los neoyorquinos fue precisamente este símbolo perpetuo desde los años veinte del siglo pasado.
   Desde el cielo de Nueva York hace Petit (inconmensurable David Gordon-Levitt) un repaso de su vida en forma de flash-back en tono melancólico a la vez que sincero. Una vida atrapada por una infancia no excesivamente feliz —la férrea educación paternal fue siempre un lastre para él—, cuya evasión principal lo llevaba hasta el funambulismo y el mundo del circo. De forma efímera conoció los pormenores entre bambalinas de los trucos y aprendizajes en un mundo que no le atraía en exceso, no así, su vinculación cuasi paterna con el profesor Rudy (Ben Kingsley, todo un actor camaleónico), de quien tomó buena nota y enseñanzas que le ayudaron en un futuro de manera vital.
Sin embargo, la gran representación de The Walk se halla en los preparativos de un acontecimiento que eclipso a medio mundo el 6 de agosto de 1974. Tan solo aquellos que tengan una cierta edad puedan recordar esa noticia, hoy tristemente olvidada: el paso entre las incipientes Torres Gemelas de un hombre "armado" con una cuerda tensionada y una barra que equilibrara sus pequeños pasos a lo largo de un alambre a vista de pájaro. Una noticia que saltó a los periódicos como una ofensa y una provocación para algunos, y un desafío a la gravedad y a la superación humana. Zemeckis ilustra esos días previos como si de la planificación de un atraco se tratara. La conexión francesa, mujer y fotógrafo, es la punta de lanza de un "golpe" maestro. Todo está calculado al detalle y así lo expone Zemeckis con movimientos de cámara rápidos y a conciencia, con pausas que abren diálogos dubitativos sobre la acción a seguir. En este último punto, las dudas planean toda vez que el plan a seguir no es seguido por un par de incompetentes drogadictos voluntarios, a la postre desertores en toda regla.
Lo que caracteriza este atípico film de Zemeckis —no sigue ninguna de las líneas dramáticas, ni argumentales de ninguno de sus trabajos anteriores— es su implicación a la hora de desgranar todos los posibles problemas que puedan surgir en la consecución de la meta final. No hay cabos sueltos, incluso en un guión ajeno surgido del libro autobiográfico de Petit. En este sentido, observamos a Petit como un hombrecillo que no conoce la palabra miedo, aún confesando que tiene estados de locura que amagan su significado real.
   El cómo surge la figura del Petit equilibrista de la nada y de su idea de paralizar el mundo en los rascacielos de Nueva York nos descubre ese París bohemio que viera Burton en su menospreciada Big Eyes (2013). La insensatez de un hombre dado a gestas solo al alcance de unos elegidos contrasta con la soledad que lo recorre. En este sentido, el clímax final es un alarde de combinación de fuerza mental y de técnica, a pesar de encontrarse con varios escollos en su camino —la irrupción de los gritos de la policía; un pie ensangrentado por culpa de una herida anterior; el desajuste de un elemento de seguridad—, además de una naturalidad en la concepción de un baile aéreo que dibuja a las mil maravillas Zemeckis, quizá rememorando los dibus prestados de la pluma de Richard Williams en su aclamada ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988).
Lo demás es historia. Aquella que narraron en directo unos pocos reporteros y fotógrafos de una Nueva York que despertaba una mañana de verano con la pequeña figura de un hombre deslizándose por una cuerda sujeta a conciencia —cortesía de Papá— y que catapultó por vez primera a la fama a los dos nuevos gigantescos rascacielos, nacidos de un sueño y una ambición, la misma que tuvo en mente un héroe anónimo: Philippe Petit.
Un doble homenaje, el mejor que se puede hacer, a las también desaparecidas torres —esta vez por culpa de un odio visceral al malentendido capitalismo yanqui— neoyorquinas.
  En definitiva estamos ante una obra maestra a la altura del mejor Zemeckis, además en un 3D aquí completamente justificado al cien por cien.•
   
     
    Un joven galo llamado Phillipe siente desde niño una especial predilección por los juegos malabares y el funambulismo. Su inquietud le llega a considerar esta su futura profesión. Con la ayuda de su mentor verdadero, Papa Rudy, consigue aumentar sus conocimientos en el arte del equilibrismo en altura. Junto a un grupo de amigos que encontrará en su camino hacia su principal reto, cruzar las recién inauguradas Torres Gemelas neoyorquinas a través de una cuerda tensada, intentarán paralizar la Gran Manzana y, de paso, poner en jaque a las autoridades locales. El desafío irá más allá de una simple hazaña.
   
       
   

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