EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN (2018) |
EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN
(2018, Diego Navarro)
Una vez más, ha sido el sello Rosetta el que ha apostado por el talento propio al editar en disco compacto el trabajo llevado a cabo por el compositor Diego Navarro (director artístico y fundador del veterano FIMUCITÉ, el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife) para El fotógrafo de Mauthausen (2018), una de las películas más esperadas del curso cinematográfico, realizada por la catalana Mar Targarona, en la que se cuenta la arriesgada peripecia urdida por uno de los miles de prisioneros republicanos que pasaron por el campo de exterminio de Mathausen, Francesc Boix (interpretado por un Mario Casas que perdió doce kilos para la ocasión), quien siendo consciente de la importancia y la gravedad de la barbarie que allí se estaba perpetrando quiso dejar testimonio gráfico de la misma, para lo cual propuso (y consiguió) montar una red clandestina organizada junto a sus compañeros del Partido Comunista al objeto de sacar del campo los negativos del mayor número posible de fotografías y esconderlos contando con la colaboración de los diversos miembros de la resistencia de los pueblos de los alrededores, permitiendo de este modo recuperarlos como veraz testimonio de las atrocidades cometidas por los nazis bajo las órdenes del comandante Franz Ziereis (interpretado por Stefan Weinert). De hecho, se estima en cifras oficiales que fueron unos nueve mil, de los que fallecieron más de la mitad, cinco mil, los que pasaron por Mathausen y los subcampos que pertenecían a su administración, como el de Gusen (a cinco kilómetros de distancia), lugar en el que murieron la mayor parte de aquellos prisioneros declarados como “apátridas” (como
![]() El compositor explica en el texto de presentación de las carátulas del disco que este ha sido un trabajo de hondo calado emocional, y que antes que dirigir su mirada a obras relevantes ya conocidas como la referencial La lista de Schindler (1993), de John Williams, como podría pensarse, fue el impacto que le supuso su visita a los campos de la muerte aprovechando la primera colaboración como director de orquesta invitado al festival de Música de Cine de Cracovia, en 2009, allí donde encontró su inspiración para componer la partitura, la cual adquiere de esta manera unos tintes absolutamente personales. Interesado por la historia contemporánea, y en especial por la de la Segunda Guerra Mundial, Navarro confiesa que quedó sobrecogido por la carga emocional que percibió durante aquellas horas en los campos, y que de ahí surge la voz del cello solista (interpretado por Marek Elznic), que otorga el protagonismo de Boix, fruto de la dolorosa inmersión en el recuerdo del sufrimiento de aquellas víctimas, lo que genera un tema central magníficamente desarrollado en la pista que cierra el disco, titulada precisamente, “Tema Central — El Fotógrafo de Mathausen”. El compositor, que también oficia de orquestador y director (con la complicidad de la especializada Philharmonic Orchestra City of Praga, que ha grabado múltiples proyectos cinematográficos de la mano del productor James Fitzpatrick), explica la estructura tensional de su trabajo obligado por el arriesgado operativo montado para conseguir sacar los negativos del campo (“Urdiendo el plan”; “Mathausen al anochecer”; “La Ronda de El Capo”; “Escondiendo los negativos”), pero destaca un par de secuencias. Se trata del fragmento, “¡No nos separen!”, perteneciente al prólogo fílmico en el que el espectador asiste a las brutales formas que empleaban los integrantes de aquella maquinaria infernal, cuando se produce la separación entre
![]() El otro momento está dedicado a la faceta más oscura que el ser humano puede albergar, vistos los crueles procedimientos de los mandos de las SS, a cada cual más atroz y aberrante. El fragmento en cuestión se titula “Sadismo”, y Navarro comenta que su propósito era interpretar la personalidad de alguien como Fritz Seilder, capaz de las peores atrocidades, que fue comandante del campo de Gusen. Aunque no llegó a emplearse en el film (sí en el tramo final del tráiler cinematográfico), podría muy bien aplicarse al personaje, más brutal aún, de Ziereis, el citado comandante de Mathausen, quien entre otras lindezas se jactaba de enseñar a sus dos hijos a matar en cualquier momento a los indefensos prisioneros del campo, incluso aun cuando fuera en su condición de ayudantes en las recepciones privadas que se celebraban con motivo de la llegada de algún invitado de postín (como se muestra en una de las espeluznantes secuencias de la película). A ello habría que añadir diversos fragmentos más, como el dedicado a “La Escalera de la Muerte”, tristemente famosa por lo terrible de su ascensión en la que los propios presos daban forma a los escalones mientras desfallecían subiendo a cuestas enormes bloques de granito para acabar casi siempre con una muerte segura a manos de los guardianes, quienes una vez llegados los prisioneros a la cima les empujaban para que cayeran en cadena por la empinada cuesta. Otro tema interesante es el dedicado a “Dolores” (interpretada por Macarena Gómez, en un gran acierto de cásting), una prisionera medio enloquecida debido al sufrimiento padecido a la que casualmente se encuentra Boix y a la que consigue implicar en su plan, haciendo resurgir de este modo un hálito no ya de esperanza sino de vida en la mujer, cuya exposición musical evoluciona desde la distorsión orquestal a la claridad del piano y el solo de clarinete, convertidos de este modo en las luces de una promesa de futuro significada en el ánimo y el empuje de Boix.
Aunque no todo son parabienes en la película, puesto que sus guionistas, Alfred Pérez-Fargas y Roger Danès optan por una arriesgada y polémica decisión cuando deciden incluir en la trama una dramatización de episodios que no se dieron en la realidad, como la rebelión de Boix contra su “protector”, el nazi y oportunista Paul Ricken (Richard van Weyden), de quien ha sido el ayudante durante toda la trama fílmica y contra el que acaba estallando, sobrepasado por los acontecimientos. Algo muy inhabitual y poco frecuente en la realidad, además de resultar
![]() Frederic Torres |