PETER WEIR: UN MUNDO APARTE |
Editorial: Cult Books.
![]() ![]() ![]() ![]() Subtítulo: Un mundo aparte.
Incluye una extensa entrevista con el director,
bibliografía e índice onomástico y de películas.
Aunque, por desgracia, lleva una década larga inactivo, Peter Weir es un cineasta de absoluta referencia en el imaginario del cine contemporáneo. Su filiación australiana (que Christian Aguilera pondera en todo momento, ya desde lo que sugiere el subtítulo del volumen: «un mundo aparte») y su progresión, desde los filme realizados bajo el paraguas de aquella industria titubeante hasta los años en la cresta del éxito (y prestigio) en los Estados Unidos, han ido conformando una filmografía caracterizada por una variedad de temas/géneros que se armonizan en el rigor visual, un atrevimiento narrativo que viste la personalidad cinematográfica y una potencia expresiva como excelso resultado, a menudo alcanzando cotas líricas (Picnic en Hanging Rock), emotivas (El club de los poetas muertos), alegóricas (La última ola o El show de Truman) o de pura cinemática (Master and Commander, al otro lado del mundo) de difícil parangón.
Por tanto, no muy extensa pero sin duda densa, la filmografía de Peter Weir reclama, sigue reclamando, análisis en profundidad. Aunque existen otros monográficos en este país dedicados al director, el volumen escrito por Christian Aguilera pasa rápidamente a erigirse en un texto de absoluta referencia. La razón de ello encuentra dos motivos poco discutibles. Uno es aparente, visible apenas tener entre manos el volumen: la larga entrevista al cineasta que el escritor cinematográfico pudo efectuarle a Weir, a quien conoció con motivo de una visita del director al Festival de Sitges: en esa entrevista —con preguntas rigurosas, lejos de cualquier complacencia, cinéfilas, y que demuestran la inquietud, intereses y firma de quien las efectúa— podemos conocer en profundidad, sin filtro, la personalidad y motivaciones del director australiano. Su itinerancia, por ejemplo, con parada en tierras españolas. Anécdotas de aprendizaje, referencias y reverencias —atención a dos conexiones: Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick—. Cuestiones idiosincrásicas, decisiones creativas, influencias. Relaciones con los
![]() Sin embargo, a esa impagable entrevista, motivo evidente, obvio, que ya per se eleva el valor de la propuesta de Aguilera, se le suma otro, que es el que comparece a lo largo del grueso de las páginas del libro, las estrictamente analíticas. El autor trabaja sus textos, el estudio de cada obra, y ese nexo globalizador o worldbuilding fílmico weiriano tomando en consideración su perspectiva crítica pero también, y el matiz es relevante, la personalidad concreta revelada por Weir en esa larga entrevista complementaria. Esa fusión entre el estudio llamémoslo "externo" y las constancias e intuiciones procedentes de la entrevista revierten en un análisis que no solo resulta ameno en la exploración de lo objetivo (datos biofilmográficos, coyunturas creativas) sino que, más valioso, resulta preciso, certero, a la hora de hallar las claves en lo que al estudio cinematográfico estricto se refiere. A todo lo anterior, por qué negarlo, se le suma el elemento del entusiasmo, la evidencia de que el autor disfrutó escribiendo sobre la obra de Weir porque ésta le resulta apasionante. Y ese viaje al corazón del cine weiriano termina de redondearse en el apartado gráfico: el texto viene profusamente acompañado de fotografías, muchas icónicas, pero algunas otras inéditas, especialmente imágenes de rodaje de los primeros filmes del cineasta.
En una frase, ya hacia el cierre de la citada entrevista que aparece como anexo del libro, Peter Weir asevera que «probablemente mis películas reflejan eso: gente buscando su lugar en el mundo». Buceando por las doscientas sesenta y
![]() Sergi Grau
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