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La mujer del teniente francés
The French Lieutenant's Woman
     
    Director (es) : Karel Reisz
    Año : 1981
    País (es) : USA-GBR
    Género : Drama
    Compañía productora : Junipaer Films
    Productor (es) : Leon Clore
    Productor (es) asociado (s) : Tom Maschler, Geoffrey Helman
    Compañía distribuidora : C. B. Films
    Guionista (s) : Harold Pinter
    Guión basado en : la novela homónima de John Fowles
    Fotografía : Freddie Francis en Technicolor
    Diseño de producción : Assheton Gorton
    Director (es) artistico (s) : Allan Cameron, Terry Pritchard, Norman Dorme
    Decorados : Ann Mollo
    Vestuario : Tom Rand
    Maquillaje : Sue Barradell
    Música : Carl Davis
    Montaje : John Bloom
    Montaje de sonido : Don Sharpe
    Sonido : Bill Rowe
    Ayudante (s) de dirección : Richard Hoult, Peter Kohn
    Duración : 127 mn
   
     
    Meryl Streep
Jeremy Irons
Hilton McRae
Emily Morgan
Charlotte Mitchell
Lynsey Baxter
Jean Faulds
Peter Vaughan
Colin Jeavons
   
   
    Inglaterra, 1860. Sarah Anna es una mujer que siente la irresistible tentación de convertirse en una artista, pero las convenciones de la sociedad victoriana que la envuelve dificultan que se cumpla a corto plazo su deseo. Asimismo, Sarah Anna sufre una crisis emocional al no poder reencontrarse con el capitán Charles, quien había partido en barco desde un puerto inglés y aún no ha regresado. Trastornada por este hecho, Sarah le espera cada tarde a pie de puerto con la esperanza que Charles aparecerá y volverá a dotar de sentido su vida. Una historia de desesperanza y frustración que se solapa con la que acontece en la época actual a una actriz y su relación con un compañero de profesión llamado Mike con el que lleva a cabo la representación de una obra y de quien está profundamente enamorada.
   
     
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Editorial: Anagrama. 
Colección:  Otra vuelta de tuerca.
Autor: John Fowles.
Fecha de publicación: mayo de 2012.
448 pp. 14,0 x 22,0 cm.

COMENTARIO (Por Christian Aguilera): Autor de éxito desde su primera novela, John Fowles nació en 1926 en Leigh-on-Sea, hijo de Robert J. Fowles, un próspero comerciante de tabaco, y Gladys Richards, maestra. Después de estudiar en el Bedford School, estudió francés y alemán en la universidad de Edimburgo y en el New College de Oxford. Tras licenciarse sirvió en la Armada británica y en 1950, comenzó a trabajar como profesor en Francia, Grecia e Inglaterra. Amante apasionado del mundo helénico, es un lector insaciable que admira a Flaubert, Defoe, D. H. Lawrence, Joyce, Thomas Love Peacock y Henry James. De este último parece tener la penetración psicológica; otros rasgos de su prosa son la maestría del lenguaje, la lucha a favor del individuo y en contra de la masificación del mundo, la inteligencia de sus tramas y su hechizante aliento narrativo. Respecto a su ideario artístico, cabe destacar su reveladora afirmación de que «el principal estímulo de todo creador es el esfuerzo por no malgastar lo que uno es».
   El éxito de su primera novela El coleccionista en 1963, hizo que dejara la docencia para dedicarse en exclusiva a la literatura. En 1968, Fowles se mudó a Lyme Regis en Dorset, que serviría como escenario de la novela La mujer del teniente francés. En ese mismo año adaptó al cine su novela El magoThe Magus— (basada en sus experiencias en Grecia y escrita antes que El coleccionista, dirigida por William Wyler, pero la película no tuvo éxito. Sus inquietantes novelas El coleccionista —sobre un oficinista patológicamente posesivo que rapta a una hermosa muchacha—, El mago (1965) —en torno a un joven profesor de inglés que es víctima de una serie de misteriosos engaños en una isla griega— y La mujer del teniente francés (1969) —historia de amor, con una fragmentada estructura narrativa, ambientada en el siglo XIX— han tenido un gran éxito y han sido llevadas al cine. Fowles fue un habilidoso y experimental narrador de historias sugerentes y arquetípicas, con un interés especial por el conflicto entre la psicoJohn Fowles (izqda.) y Karel Reisz (dcha.) durante un descanso del rodaje de "La mujer del teniente frances".logía individual y las convenciones sociales. Un tema constante en su obra es el libre albedrío, que en ocasiones implica la participación activa del lector, como en La mujer del teniente francés, que plantea dos finales posibles. Ha publicado también un libro de cuentos, La torre de marfil (1974), irónico, preciosista y muy valorado por la crítica.
  La obra de no ficción más conocida de Fowles es problamente Aristos, una colección de reflexiones filosóficas. Muchos críticos lo consideran como el padre de Postmodernismo británico.También recurre a la ironía para interpolar alusiones a teorías científicas y artísticas de la época en que se ambienta sus narraciones, como sobre Darwin o los prerrafaelistas. Falleció el 5 de Noviembre del 2005, después de una larga batalla contra la apoplejía sufrida en 1988.
   Entrando ya en lo que es La mujer del teniente francés, observamos que la narración está centrada en 1867. Una aristócrata mansión victoriana en la bahía de Lyme es el escenario en que ha de producirse el encuentro entre Sarah, la gobernanta, y Charles, sobrino y heredero de los señores de la casa. Un oscuro rumor envuelve el pasado de Sarah: ha sido la amante de un marino francés que, herido, llegó un día a esas costas para más tarde regresar a su patria. Ambos, cada uno a su manera, sienten una sorda rebeldía ante la rigidez que los rodea en esa pesada atmósfera victoriana, donde todo parece estar dispuesto y decidido de antemano según los cánones de un puritanismo represivo que tiende a sofocar todo impulso y toda espontaneidad. La amistad entre ambos jóvenes es descubierta y precipita el desarrollo del drama: sin embargo, los sutiles y omnipotentes mecanismos sociales serán continuo obstáculo en la vida de ambos.
   Obra rica en matices, dotada de una eficaz expresividad, La mujer del teniente francés se inscribe en la tradición realista de la novela británica. Centrada en el análisis psicológico e histórico de la sociedad victoriana, sobre cuyos prejuicios y represiones el autor extiende su crítica no sin cierta ironía, esta novela es también crónica de un amor entre dos seres que luchan por sustraerse a la hipocresía y el orgulloso inmovilismo de su época, y a la vez un canto al albor de la libertad. Jugando ingeniosamente con las convenciones de la novela decimonónica, el autor construye un brillante libro que relata una pasión, recrea minuciosamente el período victoriano y propone una aguda reflexión sobre el sentido último de la literatura.
 
La versión de Karel Reisz y Harold Pinter
 
La mujer del teniente francés se llevó a las pantallas en 1981, dirigida por Karel Reisz con guión del dramaturgo Harold Pinter (Premio Nobel de Literatura en 2005), con música de Carl Davis, fotografía de Freddie Francis. Reisz fue nominado al Oscar por ella.
   La acción se sitúa en el año 1867, en Inglaterra. Charles Smithson y Ernestina estan comprometidos desde hace tiempo y piensan casarse muy pronto. Un día, cuando Charles pasea por el acantilado ve a una joven vestida de negro en el malecón del puerto. Ernestina le dice que se trata de Sarah Woodrof, conocida como «la mujer del teniente francés», porque años atrás tuvo cierta relación con un hombre que luego la abandonó. Charles decide acercarse a Sarah, quien le cuenta la verdad de su relación con el teniente francés y de lo mucho que la ha marcado. Entre Charles y Sarah nace un amor apasionado que chocará con la rígida moral victoriana.
Reisz contrapone la filmación de una película a un hecho supuestamente acaecido hace un siglo, bajo el esplendor victoriano. La originalidad radica en esa duplicidad del relato, que evoluciona en dos historias de amor paralelas, correspondientes a dos tiempos distintos, pero asumidas por la misma pareja de actores. Los personajes centrales son un aristócrata dedicado a la paleontología y una mujer obsesionada por el recuerdo del amor que le habría brindado un náufrago francés que la abandonó. Pero la fuerza interior de esta mujer, capaz de desafiar los cánones de una aristocracia hipócrita que la estigmatizó, más ese dejo de fatalidad, de fabulación, de misterio que la rodean, harán tambalear las convicciones del paleontólogo, hasta hacerlo caer en una trampa que lo convierte en víctima de una sutil venganza. Esta variante le sirve a Pinter para explorar dos temas que forman parte de sus obsesiones: la transferencia de personalidades y la duplicidad de las conductas humanas.
Muchos son los placeres que esta película satisface. Si el espectador es de los que admiran las grandes interpretaciones, aquí hay dos de las más aplaudidas de dos de los más grandes intérpretes en activo: Meryl Streep y Jeremy Irons. Para mayor goce de sus seguidores, tanto una como otro interpretan un doble papel, tal como he mencionado antes: ella es Sarah Woodruff y Anna; él, Charles Smithson y Mike. Ahora bien, que nadie se llame a engaño, en la película de Weisz Sarah Woodruff no responde a ninguno de los prototipos de la heroína victoriana. En efecto, no es la rígida mujer de posición acomodada —tal es el caso de Ernestina, la prometida de Charles cuando Sarah irrumpe en su vida—; ni tampoco es como Tess, de Thomas Hardy; tampoco es Nancy, la prostituta que nos presenta Charles Dickens en su Oliver Twist. La mujer que espera a su amante francés en el muelle de Lyme Regis escapa a toda regla. Por eso trasformará radicalmente la existencia de Charles.
Pero si el espectador es de aquellos que anteponen la realización a cualquier otra consideración puesto a enjuiciar una película, aquí encontrará uno de los grandes títulos de Karel Reisz, el antiguo miembro del Free cinema inglés, además de autor de un texto clásico en la bibliografía cinematográfica: La técnica del montaje.
   La escrupulosa recreación de tiempos pasados constituye una tradición en el cine británico que se remonta a las producciones dirigidas por Alexander Korda en los años 30. De entre todos los paisajes de antaño que el cine inglés ha fotografiado, destaca la época victoriana. No es de extrañar, considerando que aquellos fueron los días en que rugía más fuerte el león que simboliza al imperio británico. Pues bien, de la voluminosa batería de imágenes victorianas que cuentan entre lo mejor del cine inglés, la Broad Street, de Lyme Regis («la bahía de Lyme es el mordisco más grande del contorno inferior de esa pata que alarga Inglaterra hacia el sudoeste», explica Fowles al inicio de la novela), retratada en La mujer del teniente francés, es un ejemplo modélico.•
   
   
     
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THE FRENCH LIEUTENANT'S WOMAN (1981)
Carl Davis
DRG Records CDRG6106, 1990. Duración total: 36:27

   
       
   

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