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El príncipe y el mendigo
The Prince and the Pauper / Crossed Swords
     
    Director (es) : Richard Fleischer
    Año : 1977
    País (es) : USA
    Género : Histórico
    Compañía productora : International Film Production/Film Trust para Twentieth Century-Fox
    Productor (es) : Pierre Spengler
    Productor (es) ejecutivo (s) : Ilya Salkind, Alexander Salkind
    Compañía distribuidora : Ízaro Films
    Guionista (s) : George MacDonald Fraser
    Guión basado en : la obra de Berta Domínguez y Pierre Spengler, adaptada de la novela de Mark Twain
    Fotografía : Jack Cardiff en Panavision y Technicolor
    Director (es) artistico (s) : Jack Stephens, Maurice Fowler, John Hoesli
    Coreografía : Sally Gilpin
    Decorados : Anthony Pratt
    Vestuario : Judy Moorcroft, Illa Britt Soderlund, Yvonne Blake
    Maquillaje : José Antonio Sánchez
    Música : Maurice Jarre
    Montaje : Ernest Walter
    Sonido : Roy Charman, Bob Jones
    Efectos especiales : Eddie Fowlie
    Ayudante (s) de dirección : Nigel Wooll, Michael Green, Vilmos Kolba, Zsuzsanna Szemes, Laurent Perrin
    Duración : 121 mn
   
     
    Mark Lester
Oliver Reed
David Hemmings
Raquel Welch
Ernest Borgnine
George C. Scott
Charlton Heston
Sybil Danning
Rex Harrison
Harry Andrews
Felicity Dean
Julian Orchard
Murray Melvin
Lalla Ward
Graham Stark
Preston Lockwood
Richard Hurndall
William Lawford
Peter O'Farrell
Anthony Sharp
   
   
    En su tránsito de la infancia a la adolescencia, Tom Canty recibe los consejos de su progenitor John pero éste hace caso omiso. Durante una de sus habituales salidas del hogar paterno, Tom deambula por Londres sin otro ánimo que el de vivir nuevas experiencias. Mientras trata de saltar un muro, Tom se topa con la figura altiva y señorial del duque de Norfolk. Dado el extraordinario parecido físico que mantiene con el joven príncipe Eduardo, Tom es confundido por Norfolk, quien cree que éste es el verdadero heredero al trono de Inglaterra. Al ser conducido a Palacio, Enrique VIII no se da cuenta que al chico que trata como si fuera su primogénito Eduardo es, en realidad, el hijo de un mendigo. Al principio, Tom parece disfrutar con su nueva identidad ya que le permite acceder a toda una serie de privilegio que jamás había soñado. Pero al cabo de un tiempo, se vale del auxilio que le presta el soldado Miles Hendon para escapar del recinto monástico.
   
   
   

TWAIN EN LA «CORTE» DE LESTER
 
Por Lluís Nasarre
Con la firme voluntad de repetir el éxito cosechado por las dos películas inspiradas en la novela de Alejandro Dumas, Los tres mosqueteros (1973) y Los cuatro mosqueteros (1974), ambas dirigidas por Richard Lester (1), sus productores los hermanos Salkind (los mismos de Superman) decidieron abordar en el año 1977 la enésima adaptación de otra novela de las mismas características, pero esta vez una firmada por Mark Twain, El príncipe y el mendigo. La más celebrada de estas adaptaciones la protagonizaría por Errol Flynn en el año 1937, servida tras la cámara por el eficaz William Keighley. Contando con algunos de los actores que ya habían trabajado en la adaptación de la obra de Dumas pero cambiando de director (otro «Richard», Fleischer) para llevar a cabo este nuevo trabajo, las expectativas del éxito no fueron recompensadas tal como se habían previsto en un inicio. El recurso del sentido del humor y la espontaneidad de la puesta en escena, factores con los que normalmente Richard Lester impregnaba a sus obras, y que estaban presentes en el díptico de las aventuras del bravo gascón D’Artagnan y sus compañeros, no son una de las facetas sobre las que Richard Fleischer hubiera cimentado su más que interesante filmografía.
   El argumento de la obra de Twain gira en torno al intercambio de roles del príncipe Eduardo de Inglaterra (hijo de Enrique VIII) y un mendigo, pertenece al acervo popular. Salvada esta circunstancia, uno de los aspectos importantes a tener en cuenta para el feliz desarrollo del film recaería en la elección del actor que debía interpretar el papel del primogénto de Enrique VIII. Un rol que en la versión de Fleischer se convierte en una de las razones o motivos más desafortunados de su concepción. Tal elección recae en el que fuera famoso actor infantil Mark Lester, intérprete de la versión cinematográfica del musical Oliver (1968) de Carol Reed, el cual por su edad —demasiado mayor para afrontarse al mismo— está indudablemente desacertado en su composición. No obstante, para compensar dicho error de casting, la fortuna si sonreiría a la hora de confiar el papel del otro protagonista. La composición que Oliver Reed —a la sazón, sobrino del propio Carol Reed y partícipe del musical que le hizo acreedor de un Oscar® a éste— realiza de Miles Hendon como el soldado de fortuna que se apiada del príncipe/mendigo y le acompaña en su periplo de reencuentro  de su lugar-en-el-mundo, se apunta en el haber del film por el toque de introspección necesario que necesita el personaje. Un aspecto extrapolable al resto del elenco «de campanillas» integrante del film. En él podemos encontrar cumpliendo sin grandes aspavientos a Raquel Welch, el toque femenino y erótico, o figuras tanto de la escena británica, como David Hemmings, en el rol del usurpador hermano de Oliver Reed,  Harry Andrews o Rex Harrison que con su composición como Duque de Norfolk emula, en cierta manera, las aristocráticas maneras del Julio  César que interpretó para Joseph L. Mankiewicz en Cleopatra (1963), así como a los norteamericanos Charlton Heston en la piel de Enrique VIII, a Ernest Borgnine encarnando al brutal padre de Tom, el mendigo, e incluso a George C. Scott —un actor brillante con Fleischer como se puede comprobar en las muy recomendables Fuga sin fin (1971) y Los nuevos centuriones (1972)— que cumple en su cometido de gobernante de ladrones confinado en una cueva que parece sacada de Peer Gynt. Un efecto éste último que favorece al film, ya que amparándose de la larga experiencia de sus actores, Fleischer consigue dotar de un ritmo atractivo a sus imágenes mediante un estilo y unas maneras que las enriquece y que, por otra parte, le sirve además para ofrecer en ciertos momentos duelos interpretativos de naturaleza lúdica. Por su parte, y como complemento igualmente festivo, El príncipe y el mendigo se beneficia del interesante acompañamiento musical que ofrece Maurice Jarre con una partitura con claras reminiscencias a sus partituras desplegadas para algunos de sus trabajos con David Lean, en concreto Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965).
   Apuntábamos anteriormente que los instantes pretendidamente humorísticos que contiene un film de marcada tendencia británica, se debe a que el guión resultante es obra del escritor angloescocés George McDonald Fraser, el cual, a parte de esta faceta  devino el creador del adorable canalla, cobarde, villano y mujeriego Harry Flashman, personaje victoriano de una serie de novelas muy divertidas, perfectamente ambientadas y documentadas sobre las batallitas del personaje —el cual tuvo su adaptación cinematográfica en 1975, El cobarde heroíco dirigida por el propio Lester—, y que le sirve a Fleischer un guión perfectamente construido y rico en matices de la época para crear el perfecto ambiente donde debe desarrollarse la historia. A pesar de que algunos de los aspectos humorísticos que emanan del guión de Fraser no estén tan hábilmente desarrollados como sí hubiese sido preceptivo con el concurso de Lester —una muestra palmaria la podemos encontrar en el epílogo del film donde se deja a las claras que las virtudes de Fleischer no pasaban por las comedias libertinas—, el cineasta estadounidense ofrece un balance bastante positivo. De esta forman,  El príncipe y el mendigo se convierte en un inteligente y acertado trabajo de encargo, realizado con la sobriedad y la experiencia de su director en la puesta en escena. Su hálito en el sentimiento aventurero está presente en muchas de las escenas de las que Oliver Reed se convierte en el protagonista indiscutible. La composición y brillante desarrollo de las escenas de lucha —con Reed siempre como denominador frente a toda clase de «oponentes»— sirve para introducir ritmo a la acción, además de presentar las características de los personajes que forman parte de ella. Posiblemente la ruindad del personaje al que da vida Borgnine, sus actos y decisiones, sean comprendidos por el espectador, aparte de la interpretación del actor, por esa complicidad antes aludida y que se utiliza como resorte de la acción. De la misma manera que entenderemos las decisiones y beneplácitos de Scott en su reino particular, o los consejos de Enrique VIII a su impostor retoño y que no duda en deshacerse de su enemigo (Norfolk / Rex Harrison) e incluso competir con él en una carrera hacia la muerte —de muerte natural el rey o por la mano del verdugo el otro en la sempiterna Torre de Londres—. O la dicotomía / paralelismo que se establece entre las vidas de Miles Hendon y el príncipe de Inglaterra, los cuales han estado expulsados de sus hogares y de sus heredades y que a pesar de sus denotados esfuerzos para subsanar el entuerto, pasan por locos a ojos de sus semejantes.
    El príncipe y mendigo se ha convertido posiblemente en el último trabajo a destacar de la filmografía de su director. Solo su oficio y su tratamiento de la Aventura —con mayúsculas— se apuntaría tenuemente en las aventuras de los bárbaros de Cimmeria. Atrás, entre muchos otros, han quedado un águila descalza que no es otra cosa que un mercenario americano en plena revolución mejicana, un par de estranguladores, unos asesinos perfectos, unos vikingos magníficos y las notas del órgano de James Mason en una entrañable aventura submarina creada por Julio Verne. Con todos sus reparos que se le puedan hacer, El príncipe y el mendigo permanece como otra brillante adaptación amparada por un cineasta de amplio recorrido como Fleischer.•

  
(1)  En 1989 Lester retomaría los personajes creados por Dumas en El retorno de los Mosqueteros.
   
     
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Filmografías. 
 Formato:    Pal 16:9 . Idiomas:  Castellano  e Inglés Subtítulos: Castellano. Duración: 116 mn. Distribuidora: Suevia Films. Fecha de lanzamiento: 21 de abril de 2010. 
   
   
     
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CROSSED SWORDS (1977)
Maurice Jarre
Film Score Monthly FSM0814, 2005. Duración: 39: 26.

   
       
   

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