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Dos seres
Tvaa människor
     
    Director (es) : Carl Theodor Dreyer
    Año : 1944
    País (es) : SUE
    Género : Drama
    Compañía productora : Svensk Filmindustri
    Guionista (s) : Carl Th. Dreyer, Martin Galnner
    Guión basado en : La obra teatral Attentat de W. O. Somin
    Fotografía : Gunnar Fisher
    Decorados : Nils Svenwall
    Música : Lars-Erik Larsson
    Montaje : Carl Th. Dreyer, Edvin Hammarberg
    Sonido : Lennart Svensson, Tore Ljungberg
    Duración : 77 mn
   
   
    El reputado doctor Arne Lundell ha terminado su tesis más importante cuando su colega en la universidad de Estocolmo, el doctor Sander, presenta una denuncia contra Arne por supuesto plagio. Marianne, esposa de Arne, hace lo posible para animar al incrédulo marido que no comprende esta injusta acusación. Entonces los abrumados esposos conocen la noticia de la muerte del doctor Sender. Todo parece indicar que se trata de un suicidio, pero más tarde se informa de que en realidad ha sido asesinado y las sospechas recaen fatalmente sobre el doctor Arne. La dramática confusión que provoca esta inconcebible situación empieza a clarificarse cuando Arne descubre por casualidad una carta en la cual se revela que su esposa era la amante secreta del desaparecido profesor.
   
   
   

CONFESIONES VERDADERAS
 
Por Tomás Fernández Valentí
Esta es una de esas raras ocasiones en las cuales la edición de una película en disco digital versátil puede calificarse, siguiendo el tópico, como de regalo para los buenos aficionados al cine. Tvaa människor (1945), film inédito en España pero que en muchas filmografías figura con el título de Dos seres (por ejemplo, en este mismo portal), y que ahora aparece editada en DVD y por cortesía de A Contracorriente Films con el de Dos personas, es una excepcional película de uno de esos realizadores de los que por una vez y sin que sirva de precedente pueden citarse, recurriendo a la convención sin vergüenza alguna, diciendo del mismo que es uno de los mejores de la historia del cine: Carl Theodor Dreyer. Rodada después de Dies Irae (1943), y atendiendo a un encargo de unos productores suecos —como explica Rafael Dalmau en el folleto que acompaña a la presente edición en DVD—, Dos personas es la adaptación de una obra de teatro de W. O. Somin (según algunas fuentes, conocida con el título de Attentat), que Dreyer llevó a cabo a partir de un guión propio y respetando escrupulosamente el origen escénico del texto; tanto, que como ahora veremos, convirtió el mismo en pieza clave de un depuradísimo trabajo de puesta en escena que va mucho más allá del mero «teatro filmado» y lo erige en generador de absolutamente todo el sentido dramático y estético de la película.
A falta de conocer por mí mismo la pieza teatral de Somin, la acción de Dos personas, versión Dreyer, no abandona casi en ningún momento el principal escenario en el cual se desarrolla, el interior de la casa donde vive el matrimonio formado por los dos únicos personajes/intérpretes que aparecen directamente visualizados a lo largo de todo el film: Arne Lundell (excelente Georg Rydeberg) y su esposa Marianne (excepcional Wanda Rothgardt); y, en el único momento en que la cámara sale de escenario para ubicarse en otro, y de paso «mostrarnos» a un tercer personaje, lo hace entonces desde una perspectiva muy especial: ya llegaremos a eso. Al principio, una serie de imágenes de titulares de periódicos, en medio de las cuales se insertan planos de detalle de probetas y retortas de laboratorio y el primer plano de unas manos con guantes quirúrgicos de goma que maneja una inyección, nos informan de la guerra dialéctica establecida entre el mencionado Arne Lundell y un tal profesor Sander: ambos han desarrollado por separado revolucionarios tratamientos médicos contra la esquizofrenia, pero a partir de ello Sander ha formulado graves declaraciones en contra de Arne, acusándole de haber plagiado sus trabajos. La siguiente secuencia nos muestra ya a Arne y Marianne en su hogar; la esposa trata de animar a su marido, a quien le pesan las acusaciones de Sander pues teme que, en el supuesto de que prosperen, ello suponga el fin de su carrera como investigador. Pero, de repente, se produce un hecho inesperado: el profesor Sander es hallado muerto en su domicilio; por teléfono, un amigo de Arne le confirma que el profesor se ha quitado la vida de un disparo. La noticia provoca, a su pesar, la alegría de Arne y Marianne, conscientes de haberse librado así de algo que amenazaba su futura felicidad. Pero las cosas siguen complicándose: al día siguiente, los periódicos revelan que, una vez efectuada la autopsia del cadáver de Sander, todos los indicios apuntan a que en realidad fue asesinado… El miedo de apodera, sobre todo, de Marianne, quien teme de que Arne pueda ser considerado autor del crimen.
  En la aproximadamente primera media hora de metraje que hasta aquí hemos descrito, Dreyer apunta (y puede que heredada de la obra de teatro de Somin) la idea de la fragilidad del ser humano frente a la adversidad, y cómo es capaz de sobreponerse aunque sea a costa de las desgracias ajenas: de una secuencia a otra, Arne y Marianne pasan de ver cómo su mundo está a punto de desmoronarse a cómo, de nuevo, vuelve a ponerse en pie tan pronto reciben la noticia de la desaparición del obstáculo —el profesor Sander— para su porvenir; asimismo, y en el paso de una secuencia a la siguiente, su futura felicidad vuelve a estar seriamente en cuestión tan pronto se confirma el asesinato de Sander, y en consecuencia, nace la posibilidad de que Arne sea sospechoso de su muerte a los ojos de la policía. Resulta revelador en este sentido ese momento en que (en fuera de campo) Marianne comprueba que la gabardina de su esposo no tiene mancha de sangre alguna que pudiera indicar que estuvo presente en el escenario del crimen. Pero la acción de Dos personas no se detiene aquí: todavía quedan muchas más sorpresas argumentales, las cuales irán descubriendo los secretos íntimos de Arne y Marianne e irán cargando la situación de una densidad agobiante, una atmósfera irrespirable que casi puede cortarse con un cuchillo.
   Si lo que narra Dreyer es magnífico, en sí mismo considerado, todavía lo es mucho más la manera como lo narra, convirtiendo Dos personas en una obra de arte, pequeña en cuanto a metraje y al mismo tiempo inmensa en cuanto a resultados artísticos, por mediación de una minuciosa puesta en escena que, partiendo de una deliberada potenciación de los orígenes teatrales del texto, convierte el film entero en una delicada pieza de orfebrería fílmica que debería servir como ejemplo, prácticamente perfecto, a la hora de estudiar las analogías y diferencias entre teatro y cine. La sutileza de Dreyer le lleva, por ejemplo, a mostrar la primera entrada del personaje de Marianne en la película por medio de un elegantísimo travelling frontal, el cual acompaña la llegada de la mujer a la vivienda, sugiriendo de este modo —y como así será— que el personaje, sus circunstancias, su mirada, serán las que harán avanzar de forma determinante el mecanismo narrativo. Recordemos, asimismo, ese mencionado momento en el cual hemos visto a Marianne «salir de escena» y regresar al cabo de un instante, para (aparentemente) comprobar que no hay manchas de la sangre de Sander en la gabardina de Arne: ese fuera de campo expresa, magistralmente, la conducta artificiosa de Marianne, la cual ha mentido descaradamente a Arne, dado que, como luego sabremos, sí que hay manchas de sangre en esa gabardina, porque es la misma que ella, y no él, llevaba puesta cuando ella, y no él, asesinó a Sander… O el brillantísimo flashback que visualiza el momento en que, efectivamente, Marianne visitó a Sander en el domicilio de este último: Dreyer lo resuelve «convirtiendo» a Sander, literalmente, en una sombra proyectada en una pared (la del actor Gabriel Awl), y filmando su diálogo con Marianne combinando, en plano / contraplano, la imagen de dicha sombra y un plano medio de la mujer, sentada y mirándole fuera de campo; sabemos que, en el pasado, Sander y Marianne fueron amantes antes de que la segunda conociera, se enamorara y se casara con Arne; y que el propósito de Sander, que nunca dejó de estar obsesionado con Marianne, era obligarla a divorciarse de Arne y a que se casara con él, si no quería que con sus acusaciones de plagio el marido de Marianne terminase socialmente desprestigiado; dicho de otra manera, desde el punto de vista de Marianne el personaje de Sander ni tan siquiera tiene apariencia de ser humano: es tan solo una sombra, una mancha de su pasado… Dos personas es un soberbio drama del destino sobre la fragilidad de la voluntad humana, cuya conclusión no puede menos que estar a la altura de su admirable progresión dramática, con Arne y Marianne abrazados para siempre, unidos en la muerte, en una emocionantísima evocación de la Pietà que sugiere, de forma genial y conmovedora, el carácter sublime y a la vez destructivo de su amor.• 
   
     
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Tráiler. Formato:  Pal 1:33:1, 4:3.  Idiomas:   Danés y Sueco. Subtítulos: Castellano. Duración: 78 mn. Distribuidora:  Karma Films / A Contracorriente Films. Fecha de lanzamiento: 16 de noviembre de 2011. 
   
       
   

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