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Dos semanas en otra ciudad Two Weeks in Another Town |
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Director (es) : Vincente Minnelli | ||||||||||||
Año : 1962 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Drama | ||||||||||||
Compañía productora : Metro-Goldwyn-Mayer | ||||||||||||
Productor (es) : John Houseman | ||||||||||||
Productor (es) asociado (s) : Ethel Winant | ||||||||||||
Guionista (s) : Charles Schnee | ||||||||||||
Guión basado en : la novela homónima de Irwin Shaw | ||||||||||||
Fotografía : Milton Krasner en CinemaScope y Metrocolor | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : George W. Davis, Urie McCleary | ||||||||||||
Decorados : Henry Grace, Keogh Gleason | ||||||||||||
Maquillaje : William Tuttle | ||||||||||||
Música : David Raksin | ||||||||||||
Montaje : Adrienne Fazan | ||||||||||||
Sonido : Franklin Milton | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : Eric Von Stroheim Jr | ||||||||||||
Duración : 107 mn | ||||||||||||
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Kirk Douglas
Edward G. Robinson Cyd Charisse George Hamilton Dahlia Levy Claire Trevor James Gregory Rosanna Schiaffino Joanna Ross George Macready Stefan Schnabel Tom Palmer Eric Von Stroheim Jr Leslie Uggams |
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Tras un paréntesis de casi un lustro alejado de los platós cinematográficos, Jack Andrus acepta el ofrecimiento de una productora hollywoodiense para que interprete un pequeño rol en una película cuyo rodaje se celebra en los estudios Cinecittá, en Roma. Allí se reencuentra con Maurice Kruger, el director que le había ayudado a alcanzar las más altas cotas de popularidad y que, como en el caso de Jack Andrus, parece encontrarse en su declive profesional. Sin embargo, Maurice Kruge sigue mostrando un similar talante egocéntrico, que le conduce al enfrentamiento verbal con Jack Andrus, a priori totalmente recuperado de sus problemas de alcoholismo. Las consecuencias de su abuso del alcohol le habían llevado a divorciarse de su esposa. Por consiguiente, Jack Andrus no debe rendir cuentas a nadie cuando invita a una mujer llamada Verónica a pasar una noche juntos, aunque desconoce en primera instancia de que su nueva conquista es la novia de Davie Drew, el actor principal del film. Amén de estas relaciones mantenidas fuera de las horas de rodaje, la producción sufre un importante contratiempo cuando se notifica al cuerpo técnico y artístico que Kruger ha sido hospitalizado a causa de un ataque al corazón. A petición del propio Jack Andrus que, una vez ha sido eliminado su pequeño papel asume la supervisión del doblaje, cree que puede hacer lo propio con la dirección. De esta forma, Jack toma el mando de la producción en sus últimos días de rodaje. | ||||||||||||
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EL CINE BAJO EL FILTRO DE LA REALIDAD Por Lluís Nasarre
Un ejercicio de introspección puede ser auto indulgente y revelador. Dirigir la mirada hacia el interior, analizando o en busca de alguna verdad puede (o no) suponer recompensas. Después ya veremos el valor que todo ello puede tener. De ahí que la representación fílmica del carácter egocéntrico de Hollywood a lo largo de su historia sea sumamente significativa. Es una obviedad —perversa— que a la «fábrica de los sueños» le gusta mirarse el ombligo y abordar/dramatizar en multitud de ![]() El primero de ellos, con una estructura de flashback que recuerda a Ciudadano Kane (1941) y basado en el relato de George Bradshaw Tribute to a Badman nos muestra los particulares mangoneos en la industria del obcecado (y odiado) productor de cine Jonathan Shields (Douglas), perfecto ejemplo del self-made man. El film que ejemplifica y visualiza la voluntad de los grandes estudios en su
![]() No obstante, los avatares e intenciones de esos bad and the beautiful (título original del film de 1952) no habían tocado a su fin, y todos ellos, Minnelli, Douglas, Schnee amén de John Houseman, productor y David Raksin compositor, vuelven a la carga con Dos semanas en otra ciudad novela publicada en 1960 por Irwin Shaw. En ella, Shaw natural del Bronx, con antepasados rusos y europeo de adopción merced a la «caza de brujas», destila una acidez despiadada en su retrato de los microcosmos anidados en la industria de Hollywood. Una industria que, iniciada la década de los sesenta, por cuestiones económicas se traslada a Europa, Italia y Cinecittà concretamente, facturando en sus maletas sus ambientes y fastos colmados de traiciones, codicia y decadencia. Y una vez más, cine dentro del cine,
![]() El dilema de Jack Arkus
Con Dos semanas en otra ciudad Minnelli plantea que en diez años las cosas han cambiado mucho en Hollywood. Y aunque sus moradores hayan sido sacudidos o vilipendiados, todo el mundo sabe que en muchas ocasiones, «poderoso caballero es Don Dinero», existe la posibilidad de que las aves fénix resurjan de sus cenizas porque el espectáculo debe continuar —sobrevivir—. Y Minnelli lo sabe, lo ha experimentado en su carrera como hombre de estudio bajo el arco de la Metro-Goldwyn-Mayer. Y por todo ello, con diez años más y con una lista de films durante ese período magnífica (1), su punto de vista es más amargo. De primeras parece como si al director de Como un torrente (1958) le sucediese un poquito lo mismo que a Billy Wilder con El crepúsculo de los dioses y Fedora (1978). La idea de abordar un
![]() En el film de 1952, el personaje que interpretaba Kirk Douglas (soberbio en las dos películas) era una fuerza —desatada— de la naturaleza. En cambio en Dos semanas en otra ciudad es un hombre frágil psicológicamente y cuya carrera se encuentra en un callejón sin salida debido a excesos pretéritos. La llamada de su viejo amigo Maurice Kruger (Edward G. Robinson), director de cine, para interpretar una nueva película, parece ser la última oportunidad para convertirse él en ave fénix. Además ello conlleva otro aspecto a considerar. Esa película ha de rodarse en Europa, un lugar donde su figura aún conserva parte de esa magia que él representó. Una magia perdida. Perdida, porque para la nueva política de los estudios, lo que significa Jack Andrus (Douglas) ya no se lleva. Esta vez, el émulo
![]() ![]() A partir de ese instante, la película plantea un camino atractivo mediante esa magistral inversión temática que la aleja de la referida Fedora; no hemos de olvidar que Minnelli, a diferencia de Wilder, aún tenía alguna cosa importante —Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1962), El noviazgo del padre de Eddie (1963)— por decir. De igual modo que Cautivos del mal, Dos semanas en otra ciudad es un excelente ejercicio cinematográfico. En mi opinión tan excelente como lo es la película de 1952. Independientemente que el propio Minnelli repudiara de ella ya que según él, la desfiguraron totalmente en su fase de montaje en la que él no pudo intervenir. A pesar de ello, considero una opción afortunada no diferenciarlas ni exaltar la una en detrimento de la otra. Como apuntábamos más arriba, poseen una inusitada y excepcional unidad estilística que incluso la idéntica banda sonora se encarga de remarcar o ese par de catárticos instantes a bordo de sendos automóviles. Lana Turner en la traumática escena de 1952 y Kirk Douglas y Carlotta (Cyd Charisse) su ex mujer, en la oscuramente extravagante de 1962. Con ellas, si en Dos semanas en otra ciudad Andrus, sin máscaras, viaja a toda velocidad para conseguir deshacerse de una vez por todas de todos los demonios que habitan en su interior, Georgia (Lana Turner), lo que pretende es entregarse a ellos.•
(1) Por citar unos pocos ejemplos, melodrama: La tela de araña (1955), El loco del pelo rojo (1956) y/o Con él llegó el escándalo. Musical: Brigadoon (1954), Gigi (1958) |
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