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Drácula Horror of Dracula |
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Director (es) : Terence Fisher | ||||||||||||
Año : 1958 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Terror | ||||||||||||
Compañía productora : Hammer Films | ||||||||||||
Productor (es) : Anthony Hinds | ||||||||||||
Productor (es) ejecutivo (s) : Michael Carreras | ||||||||||||
Compañía distribuidora : Hispanomexicana Films, Cooper Films (Reposición) | ||||||||||||
Guionista (s) : Jimmy Sangster | ||||||||||||
Guión basado en : la novela homónima de Bram Stoker | ||||||||||||
Fotografía : Jack Asher | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : Bernard Robinson | ||||||||||||
Vestuario : Molly Arbuthnot | ||||||||||||
Maquillaje : Phil Leakey | ||||||||||||
Música : James Bernard | ||||||||||||
Montaje : Bill Lenny, James Needs | ||||||||||||
Sonido : Jock May | ||||||||||||
Efectos especiales : Sidney Pearson | ||||||||||||
Duración : 82 mn | ||||||||||||
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Peter Cushing
Christopher Lee Michael Gough Melissa Stribling John Van Eyssen Valerie Gaunt Charles Lloyd Pack Miles Malleson Janina Faye George Woodbridge Barbara Archer George Benson |
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1880. En aras a descubrir el paradero del conde Drácula y destapar las múltiples leyendas que se han difundido sobre su enigmática persona, Jonathan Harker visita una mansión situada en la población germana de Klausenberg. Harker se presenta ante el conde Drácula dispuesto a ocupar una plaza de bibliotecario en su siniestra mansión. Pero al anochecer, Drácula se enfrenta a Harker cuando éste último, al caer la noche, clava una estaca sobre el pecho de la bella compañera del conde de origen rumano, que descansa en el interior de una tumba. El resultado de esta confrontación es la muerte de Jonathan Harker, certificada unos días más tarde por uno de sus amigos, el doctor Van Helsing. El futuro cuñado de Jonathan, Arthur Holmwood recibe la visita del doctor Van Helsing, quien le notifica lo acontecido en el castillo de Klausenberg. Pero el matrimonio Holmwood trata de evitar que Lucy, la novia del joven difunto, conozca la realidad de los hechos ya que su estado de salud es delicado y debe permanecer en cama. | ||||||||||||
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EL VAMPIRO DESENCADENADO Por Lluís Vilanova
![]() Dicho esto, es difícil afrontar un comentario original Drácula debido a la cantidad de aproximaciones a la misma que el espectador interesado puede encontrar, entre las cuales es de justicia reseñar todas las llevadas a cabo por José María Latorre tanto desde las páginas de Dirigido por...(1) como en su fundamental ensayo El cine fantástico (1987). Ante ello y teniendo en cuenta que cualquier comentario debe o debería ser expresivo de los gustos personales del que lo lleva a cabo, he optado por centrarme en aquellos aspectos que siempre me han llamado la atención de ella, aún a riesgo de provocar cierta sensación de déjà vu por cuanto los mismos no son muy distintos de los comentados por otros con anterioridad.
Con La maldición de Frankenstein y Drácula, Hammer Films da un importante giro a su política de producción, centrada hasta entonces en pequeñas películas de ciencia ficción —algunas tan recomendables como El experimento del Doctor Quatermass (1955)—, para iniciar una profunda revisión y renovación de los personajes del imaginario clásico, heredados muchos de ellos del catálogo de la Universal que Hammer Films había adquirido. Renovación a la que sumó gustosamente Fisher que, aunque algunos les pueda sorprender, ya tenía tras de si una larga hilera de títulos tanto dentro de los márgenes de la Hammer —la muy simpática Four Sided Triangle (1953)— como fuera de ellos —Extraño suceso (1950), codirigida junto con Anthony Darnborough— entre los que predominaban los filmes de intriga y de ciencia ficción de desigual interés.
Con Drácula, Terence Fisher contaría con la inestimable ayuda del libreto urdido por Jimmy Sangster, basado muy libremente en l
![]() ![]() Un rival a la altura
Pero, cómo ya he dicho, Drácula también supone una amenaza casi indestructible a la que debe ponerse fin. A tal efecto Fisher opone al vampiro dos rivales que en su enfrenamiento con él seguirán trayectorias distintas trazadas por su propio temperamento. Si Jonathan Harker (en un cambio sustancial con respecto a la novela de Stoker) se dirige al castillo de Drácula sabiendo su condición de vampiro y con la intención de darle muerte y no llega a conseguirlo tras un estupendo prólogo de casi veinte minutos que culmina con su vampirización (anticipándose así en un par de años, cómo se ha dicho en reiteradas ocasiones, a Psicosis (1960) y su celebrada muerte de la teórica protagonista de la película en los primeros compases de la misma), es debido a su propia ingenuidad, que le lleva a subvalorar el poder del vampiro creyéndole que le podrá engañar haciéndose pasar por su bibliotecario, y a que tiene unos fuertes vínculos efectivos (está comprometido con Lucy) que le impiden actuar con la suficiente rapidez y decisión y que a la postre le convertirán en fácil víctima del vampiro. En este sentido es impensable que Van Helsing se detuviese a escribir su diario durante su estancia en el castillo del vampiro, o colocase el retrato de Lucy en la habitación que le ha asignado Drácula a plena vista del mismo o, en fin, que se dejase engañar tan fácilmente por la mujer vampiro. El doctor Van Helsing se caracteriza por saber observar y escuchar, y por actuar con rapidez en base a sus intuiciones (resultado de su basto conocimiento de estos seres de la noche) y a su inquebrantable decisión cuando deben de
![]() Pero si Drácula supone todo una revolución en cuanto al tratamiento de la figura del conde vampiro y a cuanto le rodea, no menos memorables resultan los mecanismos narrativos empleados por Terence Fisher para ponerla en imágenes. Los escasos 80 minutos de este Drácula son una invitación continua a dejarse a asombrar ante el talento narrativo de Fisher como metteur en scène. A los ya citados a lo largo de este comentario, cabe añadir el magnífico empleo que del decorado hace el director británico, especialmente recordado por las escenas que transcurren en el interior del castillo de Drácula, caracterizado por la abundancia de escaleras que no se sabe a que horrores llevan; por los no menos numerosos
![]() En definitiva, ver Drácula por primera vez debería ser uno de los principales deberes a cumplir por cualquier aficionado al cine y revisarla de nuevo, un placer que todos deberíamos procurarnos de tanto en tanto.
(1) Al respecto pueden consultarse los números de Dirigido por... 12, 20, 66 y 87.
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Galería fotográfica. Formato: 4:3. Idiomas: Castellano e Inglés. Subtítulos: Castellano. Duración: 78 mn. Distribuidora: FNAC. |
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Editorial: Mondadori. COMENTARIO (Por Christian Aguilera): Dublinés de nacimiento, Abraham Stoker (1847-1912), en arte Bram Stoker, debe gran parte de su reconocimiento internacional al hecho de haber alumbrado, a los cincuenta años de edad, una de las joyas de la literatura fantástica, Drácula. Novela finisecular, que guarda una estructura narrativa en clave epistolar, muy acorde con los gustos literarios de los escritores de la época, Drácula deviene, junto al Frankenstein: el mito de Prometeo de Mary Shelley, uno de los pilares fundamentales de lo que se ha dado en llamar la narrativa de terror gótica. No en vano, Sheridan Le Fanu, un poco (re)conocido escritor de lengua inglesa versado en relatos cortos y que podría considerarse uno de los precursores de esta corriente literaria, ejercería una extraordinaria influencia en el joven Abraham, que más tarde se vería reflejada en sus obras, tales como La joya de las siete estrellas o Miss Betty, concebidas al albur del éxito cosechado con su masterpiece. Muchos han sido los ensayos que han tratado de establecer analogías entre el personaje literario creado por la pluma de Stoker, el siniestro Conde Von Drácula, morador de un castillo situado en la región de Transilvania, en el corazón de Europa, y el propio escritor, cuya vinculación a la Orden Hermética del Alba de Oro —una suerte de secta relacionada con las prácticas ocultistas que acogió en su seno a colegas como Robert Stevenson o poetas como William Butler Yeats, entre otros— alimentaría ciertas especulaciones sobre su extraña personalidad, marcada por una enfermedad hereditaria desconocida por aquel entonces que le afectaría sobremanera durante su infancia y adolescencia. En esta edición de lujo que presenta Mondadori, en su afán por acercar a un público heterogéneo clásicos de la literatura como Los tres mosqueteros, Robinson Crusoe o Los papeles póstumos del Club Pickwick, podemos degustar una novela con una cuidada prosa, capaz de transferirnos a un mundo poblado de elementos sobrenaturales —referidos, en algunos casos, a las leyendas y los mitos tanto del centro de Europa como de Gran Bretaña— narrada a través de distintas voces, en forma de relatos epistolares como apuntábamos anteriormente. De allí que su adaptación al cine presente innumerables problemas de estructura, amén de su extensión, que rebasa el medio millar de páginas. Un medio que, por otra parte, el propio Bram Stoker vio nacer, sobre todo a través de su principal mentor, Sir Henry Irving, actor teatral y escritor ocasional. Drácula: una mina cinematográfica Teniendo en cuenta que la publicación del libro se produjo por primera vez en 1897, es decir, tan sólo un par de años del advenimiento del cine, los más de cien años que atesora este noble arte han propiciado un gran número de películas que toman como referente la célebre novela de Stoker. Pero no será este el espacio para abordar y escudriñar cada una de estas versiones, sino más bien el hecho de reseñar aquellos títulos que, con mayor o menor fidelidad sobre el original literario, han trascendido a los periodos en los que fueron concebidos. En primer término, el Drácula (1931) de Tod Browning se inscribiría dentro de la estética de las producciones de la Universal, apuntando algunas ideas, en especial, en torno al personaje de Jonathan Harker que serían retomadas en posteriores versiones. Aunque de esta primigenia adaptación sonora permanece para los anales de la historia del cine la composición histriónica a cargo de Béla Lugosi, quien dado su origen húngaro conocía de primero los ambientes por los que transita su trasunto literario. Asimismo, nos debemos remontar a finales de los años cincuenta para encontrar otr |
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HORROR OF DRACULA (1958) |
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