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Lo que el viento se llevó
Gone With the Wind
     
    Director (es) : Victor Fleming
    Año : 1939
    País (es) : USA
    Género : Melodrama
    Compañía productora : Metro-Goldwyn-Mayer
    Productor (es) : David O. Selznick
    Compañía distribuidora : Metro-Goldwyn-Mayer Española
    Guionista (s) : Sidney Howard
    Guión basado en : en la novela homónima de Margaret Mitchell
    Fotografía : Ernest Haller, Lee Garmes y Ray Rennahan, en Technicolor
    Diseño de producción : William Cameron Menzies
    Director (es) artistico (s) : Lyle Wheeler
    Coreografía : Frank Floyd, Eddie Prinz
    Decorados : Joseph B. Platt
    Vestuario : Walter Plunkett
    Música : Max Steiner
    Montaje : Hal C. Kern, James E. Newcom
    Efectos especiales : Jack Cosgrove, Lee Zavitz
    Ayudante (s) de dirección : Eric G. Stacey, Ridgeway Callow
    Duración : 219 mn
   
     
    Leslie Howard
Clark Gable
Vivien Leigh
Thomas Mitchell
Hattie McDaniel
Olivia De Havilland
Fred Crane
George Reeves
Victor Jory
Eddie Anderson
Cliff Edwards
Tom Tyler
Rand Brooks
Harry Davenport
Ona Munson
   
   
    Georgia, 1861. La bella y caprichosa Scarlett O’Hara vive con su familia en la rica y próspera mansión de Tara. Ya en los albores de una inminente Guerra de Secesión entre el norte y el sur, Scarlett vive enamorada de su vecino Ashley Wilkes. Pero al estallar la guerra, Ashley se casa con Melania y provoca el enfurecimiento de Scarlett, quien se casa por despecho con el hermano de Melania, convirtiéndose así en cuñadas. El joven esposo de Scarlett muere en la guerra y un arrogante y seductor forastero, Rhett Butler, empieza a cortejarla. Cuando Atlanta es atacada y sus habitantes deben evacuar la ciudad, aparece Rhett que salva a Scarlett, Melania y su hijo, mientras Ashley se encuentra desaparecido. Al finalizar la guerra, una enérgica Scarlett deberá levantar una destruída Tara, sin recursos, con un padre enloquecido y una madre muerta.Scarlett enviuda pronto otra vez y se casa con Rhett, en un tumultuoso matrimonio de final incierto mientras su amor por Ashley sigue inmarchitable.
   
   
   

LA EMOCIÓN Y EL ESPECTÁCULO
 
Por Joaquín Vallet Rodrigo
Hablar en la actualidad de una película como Lo que el viento se llevó puede sonar a redundancia. Es, con diferencia, el film que ha provocado mayores ríos de tinta en toda la Historia del Cine aunque éstos, en línea general, no hayan estado vinculados a los aspectos esencialmente cinematográficos, sino a desentrañar el complejo y laborioso proceso de gestación de una obra única desde su concepción primigenia. La historia de la preparación y rodaje de esta producción es tan apasionante como la propia película. Llevada a cabo contra viento y marea por David O. Zelznick quien, sin ni tan siquiera haberse leído la voluminosa (y literariamente bastante ramplona) novela de Margaret Mitchell, se lanzó a poner en marcha el film más ambicioso que, hasta el momento, había conocido la industria cinematográfica estadounidense, Lo que el viento se llevó es el paradigma del llamado «sistema de estudios» y el más evidente prototipo del concepto de producción hollywoodiense durante los años del clasicismo. Un sistema en el que se conjugaban, admirablemente, las perspectivas comerciales con la búsqueda de una calidad más que notable en los apartados artísticos que conforman una película. La larga gestación de esta película, de hecho, da buena muestra de ello, ya que Lo que el viento se llevó es la búsqueda incansable de la perfección en todos y cada uno de sus departamentos. La infinidad de escritores que pusieron su talento al servicio del guión, la consecución de unas maneras formales que aunaron el genio de William Cameron Menzies con el imponente uso del color de Ray Rennahan y Ernest Haller, la poderosa y descriptiva banda sonora de Max Steiner y el minucioso casting que atesora trabajos interpretativos verdaderamente excepcionales, hacen ver que todo cuanto acontece en ésta película tiene su base en la extraordinaria capacidad de un grupo humano para dar lo mejor de sí mismos en un marco tan poco propicio para ello como es el rodaje de una superproducción.
   Sin embargo, si hay algo que sorprende en Lo que el viento se llevó, después de más de setenta años de su estreno, es la apabullante unidad de estilo en un film que tuvo, nada más y nada menos, que hasta siete directores distintos. Iniciada por George Cukor, fue apartado del rodaje por presiones de Clark Gable (debido a la homosexualidad del cineasta que enlazaba con ciertos detalles del pasado del actor), siendo sustituído por Victor Fleming quien se encargó de gran parte del film, muy a pesar de sus problemas de salud los cuales provocaron que varias secuencias fueran dirigidas por otros. Sidney Franklin (quien había conseguido recientemente un sobresaliente éxito con la espléndida The Good Earth -1937) fue el responsable de filmar varias tomas de la segunda unidad, al igual que Yakima Canutt. Por otra parte, un buen número de secuencias fueron dirigidas por Sam Wood (cineasta rudo y drástico, de maneras bastante similares a las de Victor Fleming), William Cameron Menzies (el ataque a Escarlata en el puente de madera es una de ellas) y el propio David O. Selznick. Por consiguiente, Lo que el viento se llevó no responde a ningún concepto de vacua autoría, sino a la dedicación a un proyecto conjunto sobre el que Selznick iba realizando labores cercanas al proselitismo con el fin de conseguir los mayores apoyos posibles (tanto por la parte financiera como por la artística) a un film necesitado del mayor número de integrantes posible.
Todo este cúmulo de detalles (y un sinfín más que quedarían por citar) han provocado que la valoración de la película se desplace, generalmente, a un segundo término. Lo que el viento se llevó, amén de ello, es una pieza popular por excelencia (aunque sea irritantemente menospreciada por parte de las nuevas generaciones) y ello ha acabado por condenar al ostracismo cualquier análisis sobre la obra en sí misma. Porque, más allá de su apariencia, ésta adaptación de la novela de Margaret Mitchell es una de las películas de mayor intensidad y complejidad de todo el período clásico. Y lo es, básicamente, por la admirable disección psicológica de sus protagonistas, la consecución de unas imágenes de impresionante poder expresivo y la rotunda atemporalidad que exhalan sus fotogramas, manteniendo intacto su inmensa capacidad de sugestión. La estructura de Lo que el viento se llevó está concebida mediante una serie de contrapuntos e inversiones que afectan tanto a los personajes como al ambiente en el que estos se desenvuelven (el cual, ocasionalmente, alcanza un mayor protagonismo que el de los actores). La agresiva y ambiciosa Escarlata (Vivien Leigh en una de las mejores interpretaciones femeninas que se han visto en una pantalla de cine) se enfrenta a la anodina y modosa Melania. Empero, ambos caracteres sufrirán un proceso opuesto, de tal manera que, mientras Melania adquiere una fortaleza de temperamento basada en sus preceptos de bondad, Escarlata saca a la luz su fragilidad interna oculta bajo una fachada de provocación. El caballeroso Ahsley Wilkes tiene su contrapunto en el rudo Rhett Butler, cuyo cinismo cuadra perfectamente con el huraño carácter de Escarlata.
   El posicionamiento de todos ellos responde a una búsqueda constante en medio de una coyuntura social radicalmente enfrentada a los rasgos más heterodoxos. Rhett se busca a sí mismo incentivando su mala reputación, como una respuesta airada a las normas establecidas. Cuando comprueba lo infructuoso de los intentos (que lo han llevado, incluso, a unirse a la Confederación durante la guerra), el drama que ha supuesto su paternidad lo aboca a comenzar desde cero, alejándose de todo un espectro social en el que nunca ha logrado integrarse. Escarlata, por su parte, mantendrá una evidente desconexión respecto a dicho espectro aunque sus intentos por integrarse en él hagan que conciba un amor platónico hacia un ser que no se corresponde en absoluto con sus maneras y su personalidad. La búsqueda de Escarlata no es interior, como la de Rhett, sino que está dirigida a hallar sus orígenes, a encontrar una identidad que la vincule a un núcleo determinado. Finalmente, será el anclaje a la tierra lo que le dé esperanza, después de sumirse en el caos más absoluto. En Lo que el viento se llevó la presencia de la muerte siempre viene seguida de un tortuoso nacimiento: la aniquilación del Sur trae consigo una nueva nación, el fallecimiento tanto de Bonnie como de Melania, dos nuevas maneras de afrontar la existencia por parte de Rhett y Escarlata en uno de los finales abiertos más arrebatadores que haya ofrecido el Séptimo Arte. De igual manera, la tortuosa relación entre ambos, de raíces casi masoquistas, queda magistralmente expresada en la secuencia en la que Rhett, ebrio en mitad de la noche, sube en brazos a Escarlata por la larga escalinata. Escalinata por la que ella se precipitará posteriormente abortando el resultado de aquella noche. No puede existir una manera más explícitamente sutil de confrontar ambos caracteres y exponer el extraño ambiente que han creado a su alrededor. Éste soberbio recurso, además, resume por sí mismo, gran parte de las líneas temáticas del film (la omnipresencia de la muerte fusionada con la vida, la inadaptación de los personajes con el medio, el deseo autodestructivo que condiciona gran parte de sus decisiones, etc), a la par que se erige en un ejemplo más de la incomparable modernidad que rezuma la película.
   Lo que el viento se llevó es una obra maestra con mayúsculas. Una pieza de tal perfección y contundencia que su visionado acaba por resultar una experiencia verdaderamente única. Un espectáculo glorioso que no hace más que rejuvenecer con el paso de los años.•
   
     
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Disco 1 y 2: La película. Disco 3: Chistopher Plummer narra el documental de 1988 La realización de una leyenda: Lo que el viento se llevó / Restaurando una leyenda: Una crónica sobre el proceso de restauración de la película / El estreno en Atlanta de Lo que el viento se llevó en 1939 y 1961 / Prólogo del estreno internacional / Versiones en lengua extranjera de diferentes escenas / Cortometraje histórico: The Old South / Galería de tráilers. Disco 4: Recuerdos de Melanie: reflexiones de Olivia de Havilland (Documental exclusivo de 2004) / Dos actores inolvidables: Gable. El rey recordado y Vivien Leigh. Scarlett y más allá / Los actores secundarios: Cameo de un inolvidable montaje. Disco 5: Documental Warner Bros. Entertainment presenta 1939: El mejor año de Hollywood / Lo que el viento se llevó: La leyenda sigue viva / Moviola: La guerra de Scarlett O´Hara (Telefilm de 1980).
Formato:  1.37:1, 4:3 . Idiomas: Castellano, Inglés, Alemán, Checo . Subtítulos: Castellano, Danés, Finlandés, Hebreo, Noruego, Portugués, Sueco, Checo. Duración: 224 mn. Distribuidora: Warner Home Video. Fecha de publicación: 20 de noviembre de 2009. 

EXTRAS:
Disco 1 y 2:   La película (223’ 38”). Comentario del historiador Rudy Behlmer. El prestigioso analista estadounidense acompaña las imágenes de la película con eruditos y valiosos comentarios tanto sobre las trayectorias profesionales del equipo técnico y artístico como sobre el complejo proceso de filmación de la película. Lamentablemente, dichos comentarios no vienen subtitulados en castellano. Disco 3: Christopher Plummer narra el documental de 1988 La realización de una leyenda: Lo que el viento se llevó (123’25”): Probablemente, uno de los mejores documentales que se hayan realizado sobre el rodaje de una película. De más de dos horas de duración y narrado por el actor Christopher Plummer se hace un recorrido serio y minucioso a la gestación del film, sin obviar ni las dificultades a la hora de escoger a la actriz idónea para el papel de Escarlata como los aspectos vinculados hacia las curiosidades técnicas o los efectos especiales. Dirigido por David Hinton, resulta un documento absolutamente imprescindible no únicamente para los admiradores de Lo que el viento se llevó sino para cualquier espectador interesado en el período clásico estadounidense. Restaurando una leyenda: Una crónica sobre el proceso de restauración de la película (17’44”). Varios encargados del proceso de restauración de Lo que el viento se llevó narran los pormenores a la hora de devolver al film todo su esplendor pretérito mediante la utilización de las nuevas tecnologías. El impresionante detalle de las imágenes restauradas y laa consecución de un color brillante y natural mediante el escaneado del negativo hacen de esta edición un verdadero referente en la recuperación de clásicos. El estreno en Atlanta de Lo que el viento se llevó en 1939 y 1961 (4’01”): Imágenes de archivo en las que se da buena cuenta del impacto popular de Lo que el viento se llevó en su estreno de 1939. Avenidas colapsadas, espectáculos en los mismos cines y masiva presencia de estrellas hacen ver que el film fue, antetodo, un verdadero acontecimiento público. Por su parte, el reestreno de 1961, se lleva a cabo como una manera de celebrar el centenario de la Guerra Civil en Atlanta con la presencia, entre otros, del productor David O. Selznick. The Old South (1939) (11’19”): Cortometraje dirigido por Fred Zinnemann en 1939 realizado, exclusivamente, para ser proyectado antes de Lo que el viento se llevó como una manera de situar al espectador en los usos y costumbres de los estados del Sur. Aunque no resulta una pieza relevante, el interés histórico de esta pequeña producción es verdaderamente notable.Prólogo internacional (1’17”): Se rescata el prólogo incluído después de los créditos iniciales de la película que explicaba a los espectadores de otros países los motivos de la Guerra Civil Americana (desde su vertiente más ideológica y superficial, lógicamente) y que ha sido obviado en las anteriores ediciones en DVD de Lo que el viento se llevó.Versiones en lengua extranjera (2’36”): Tres momentos de la película son reproducidos en tres idiomas distintos como una muestra de la aceptación del film más allá de las fronteras estadounidenses.Tráilers cinematográficos (13’43”): Cinco tráilers cinematográficos que recogen otros tantos estrenos de la película, desde el original de 1939 al del cincuenta aniversario en 1989, pasando por la versión en 70 mm. que exhibió MGM en 1967.Disco 4: Recuerdos de Melanie: reflexiones de Olivia de Havilland (Documental exclusivo de 2004)(38’43”): La única superviviente del reparto de estrellas de Lo que el viento se llevó (aunque, paradójicamente, fuera la única que moriría en la pantalla) narra sus recuerdos sobre su implicación en la película y sobre los largos meses de rodaje de la misma, en una entrevista exclusiva realizada para la edición en DVD conmemorativa del 65 aniversario del film en el año 2004. Un tanto dulcificados por el paso de los años, dichos recuerdos son, sin embargo, una muestra de la infraestructura cinematográfica del período por parte de una de sus grandes actrices. Gable. El rey recordado (65’03”): Documental realizado pata la televisión y dirigido por Pat Shields en 1975. Se trata de una visión superficial de la vida y la trayectoria cinematográfica de Clark Gable, prestando una mayor atención a su aura mítica que a su personalidad fuera de la pantalla. Interesante como curiosidad, aunque irrelevante como fuente de información. Vivien Leigh. Scarlett y más allá (46’05”): Jessica Lange narra este documental realizado en 1990 por Gene Feldman y Suzette Winter. A diferencia del de Clark Gable, Vivien Leigh. Scarlett y más allá se adentra con notable contundencia en la tortuosa biografía de una de las más grandes actrices que hayan aparecido en una pantalla de cine, muy a pesar de haber intervenido en solo 19 películas. Su tendencia maníaco depresiva, la tuberculosis que la llevaría a la tumba o sus problemas con el alcohol son sutilmente expuestos en esta pieza, siempre desde la más amplia admiración hacia una actriz con todas las letras de la palabra. Los actores de reparto (28’56”): Breve repaso biográfico hacia todos los intérpretes secundarios que intervienen en el film, desde Thomas Mitchell a Hattie McDaniel, pasando por Leslie Howard. Se utiliza, para ello, la estructura de los créditos iniciales de la película, la cual presenta a los actores en los espacios donde aparecerán. Disco 5: Warner Bros. Entertainment presenta 1939: El mejor año de Hollywood (68’21”). El que es considerado, y no sin razón, el mejor año de la Historia del Cine, 1939, es analizado en este extenso documental utilizando como punto de partida la entrega de los Oscar en la que Lo que el viento se llevó arrasó llevándose ocho Oscar en competición y otros dos especiales. Películas como Beau Geste, Caballero sin espada, La diligencia, El mago de Oz, Ninotchka o Union Pacific son solo algunas de las obras maestras que se dieron cita en este año, de todo punto, referencial. Lo que el viento se llevó: La leyenda sigue viva (32’43”): Desde la perspectiva del presente, se analiza Lo que el viento se llevó ateniéndose a las claves de su atemporalidad y a los elementos que la vinculan con los aspectos más arraigados de la sociedad moderna que, sin embargo, no lo eran tanto en 1939. Un interesantísimo documental que, quizá, se hace demasiado corto. Moviola: La guerra de Scarlett O´Hara (1980) (93’25”): Notable telefilm dirigido por John Erman en 1980 que supone una convincente dramatización de la búsqueda de la intérprete ideal para incorporar a Escarlata O´Hara. El papel que se convirtió en el más deseado entre todas las actrices de Hollywood, provocó presiones de todo tipo tanto hacia George Cukor como, sobre todo, hacia el productor David O´Selznick, algo que esta producción capta con gran solidez. Muy bien interpretada por Tony Curtis (quien da vida a Selznick) resulta un complemento ideal para esta soberbia edición de Lo que el viento se llevó.

   
     
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Editorial: Z.
Colección: Bolsillo.
Autor: Margaret Mitchell.
Fecha de publicación: 2007.
992 pp. Rústica. 
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Editorial: Dirigido.
Colección: Programa doble nº 15.
Autor: Javier Coma.
Fecha de publicación: 1995.
136 pp. Rústica. 12,5 x 19,7 cm. Incluye estudio Robín de los bosques.
   
   
     
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GONE WITH THE WIND (1939) 
Max Steiner
Blue Moon BMCD 7009, 1995. Duración: 69: 07.

   
       
   

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