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Duelo de titanes
Gunfight at the O. K. Corral
     
    Director (es) : John Sturges
    Año : 1957
    País (es) : USA
    Género : Western
    Compañía productora : Paramount Pictures
    Productor (es) : Hal B. Wallis
    Productor (es) asociado (s) : Paul Nathan
    Compañía distribuidora : Francisco Hierro Sostres
    Guionista (s) : Leon Uris
    Guión basado en : en el artículo The Killer de George Scullin
    Fotografía : en VistaVision y Technicolor
    Vestuario : Edith Head
    Música : Dimitri Tiomkin
    Montaje : Warren Low
    Efectos especiales : John P. Fulton
    Ayudante (s) de dirección : Michael D. Moore
    Duración : 122 mn
   
     
    Kirk Douglas
Burt Lancaster
Jo Van Fleet
Rhonda Fleming
Dennis Hopper
John Ireland
Lyle Bettger
Frank Faylen
Earl Holliman
Ted de Corsia
Brian G. Hutton
   
   
    Fort Griffith. El tuberculoso, borracho y jugador Doc Holliday se encuentra en un aprieto cuando De Bailey acude para asesinarlo, pero allí se encuentra con Wyatt Earp, y éste le ayuda a escapar. Holliday y su chica se instalan en Dodge City, la ciudad del marshall Wyatt Earp, que tiene numerosos problemas con algunos vaqueros y Holliday ayudará a Wyatt. Pero el momento crucial llegará cuando los clanes rivales de los Earp y los Clanton deben enfrentarse en el O.K. Corral de la ciudad de Tombstone, donde Holliday ayuda a los Earp y el pistolero Johnny Ringo apoya a los Clanton.
   
   
   

   
     
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Características BD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas. Formato: 16:9. Resolución: 1.080 p. Idiomas:  Castellano y Francés. Subtítulos: Castellano, inglés, Portugués y Francés. Duración: 122 mn. Distribuidora: Research Entertainment. Fecha de lanzamiento: 10 de junio de 2014.
SINOPSIS: Fort Griffith. El tuberculoso, borracho y jugador Doc Holliday se encuentra en un aprieto cuando De Bailey acude para asesinarlo, pero allí se encuentra con Wyatt Earp, y éste le ayuda a escapar. Holliday y su chica se instalan en Dodge City, la ciudad del marshall Wyatt Earp, que tiene numerosos problemas con algunos vaqueros y Holliday ayudará a Wyatt. Pero el momento crucial llegará cuando los clanes rivales de los Earp y los Clanton deben enfrentarse en el O.K. Corral de la ciudad de Tombstone, donde Holliday ayuda a los Earp y el pistolero Johnny Ringo apoya a los Clanton
COMENTARIO: Uno de los westerns por excelencia de la década de los cincuenta sigue siendo Duelo de titanes (1957). Como antesala de Los siete magníficos (1960), John Sturges, su director, rodaría en el formato Vista Vision, y en lujoso techniclor, un film crepuscular en torno a un tiroteo real acaecido a finales del siglo XIX. El mítico O.K. Corral habría quedado inmortalizado a raíz de un enfrentamiento entre el sheriff del condado Wyatt Earp y la familia de Ike Clanton. Este hecho documentado y datado el 8 de octubre de 1881, en la población de Tombstone, trascendió años más tarde en un artículo de George Scullin de 1954 en el desaparecido Holiday Magazine, bajo el título The Killer. Hal B. Wallis, a través de Paramount Pictures se encargó de apuntalar la historia gracias al ingenio de Leon Uris —autor de la epopeya Éxodo—, llevando los escasos treinta segundos que duró la contienda hasta convertirla en el leitmotiv del film Gunfight at the O.K. Corral. Tal fue la importancia de este duelo ficticio —ni Ike ni Finn Clanton participaron en el tiroteo— que la cinta conduce hasta ese clímax final por espacio de once minutos de auténtica antología fílmica. Sin embargo, el film no hubiese tenido la repercusión posterior sin la presencia de dos figuras igualmente legendarias: Burt Lancaster (como el estoico Wyatt Earp) y Kirk Douglas (encarnando al no menos mítico John Doc Holiday). No es una salvedad decir que ese encuentro no fue casual, puesto que el productor Hal Wallis habría esperado el momento oportuno para poder volver a reunir a Lancaster y a Douglas en un film tan épico como este. Anteriormente, lo había conseguido cuando los reunió en sus respectivas carreras incipientes en el olvidado film de Byron Haskin, Al volver a la vida (1947). De ella no surgió una amistad verdadera que digamos; aun así, ambos decidieron llevar caminos separados aunque paralelos, donde sus respectivos egos no se toparan. Este reencuentro sirvió, pues, para corroborar la calidad de sus interpretaciones, con una templanza innata en el caso de Lancaster —algo más experimentado que Douglas— y un grado de extravagancia y arrogancia en el quehacer interpretativo del aún nonagenario actor.
   Surgida a la estela de Pasión de los fuertes (1946), donde se relataba de soslayo el duelo entre los Earp y los Clanton, Duelo de titanes es una amalgama de retrato introspectivo de unos personajes tocados por un don particular; el juego en cuanto a Doc Holiday, y la prudencia y el saber estar referente a Wyatt Earp. El segundo hará respectar las leyes a todo aquel que intente saltárselas, inclusive su futura esposa, Laura, o su amigo Holiday. Un título extrapolable pues a esas caracterizaciones de dos grandes de la escena de todos los tiempos. Esa primera parte vehicula esos personajes hacia el desenlace ya conocido, reafirmando el valor de la amistad y fidelidad por delante del juego sucio o el dinero. En este orden de cosas, la secuencia en la que un ebrio Doc intenta deshacerse de su compañera de viaje Kate (excelente Jo Van Fleet) ante la mirada inquisidora del forajido Johnny Ringo (John Ireland), muestra toda la pulsión dramática de una situación que se vuelve insoportable en la relación de ambos. En el fondo, Holiday es un solitario pistolero que unirá, finalmente, sus fuerzas a la de su único amigo —según propia confesión— en la vida, Wyatt Earp.
   Amén de las licencias históricas tomadas por el guionista, el director y la productora, Duelo de titanes es un western ejemplarmente realizado, con un milimetrado montaje nominado al Oscar® en 1957 a cargo de Warren Low, y una banda sonora compuesta por Dimitri Tiomkin, incluyendo en ella una canción escrita por el mismo y Ned Washington que rememoran ese episódico e inmortal desenlace. Años antes, el mismo dúo había puesto letra a otra emblemática balada, la de Solo ante el peligro (1951), cuyo clímax forma parte también de la antología del cine del oeste.•
 
Àlex Aguilera      
   
       
   

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