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El diablo de las aguas turbias
Hell and High Water
     
    Director (es) : Samuel Fuller
    Año : 1954
    País (es) : USA
    Género : Bélica
    Compañía productora : Twentieh Century-Fox
    Productor (es) : Raymond A. Klune
    Compañía distribuidora : Hispano Foxfilm
    Guionista (s) : Jesse Lasky Jr., Samuel Fuller
    Guión basado en : una relato de David Hampstead
    Fotografía : Joe McDonald, en Technicolor
    Director (es) artistico (s) : Lyle R. Wheeler, Leland Fuller
    Decorados : Walter M. Scott, Stuart A. Reiss
    Vestuario : Charles Le Maire, Travilla
    Música : Alfed Newman
    Montaje : James B. Clark
    Sonido : Eugene Grossman, Roger Heman
    Ayudante (s) de dirección : Ad Schaumer
    Duración : 103 mn
   
     
    Richard Widmark
Bella Darvi
Victor Francen
Cameron Mitchell
David Wayne
Gene Evans
Stephen Bekassy
Richard Loo
Peter Scott
Henry Kulky
   
   
   
Tras la Segunda Guerra Mundial, un grupo de científicos y de civiles del mundo libre que actúa por su cuenta teme que el peligro rojo esté a punto de lanzar una bomba atómica, pues han detectado pruebas nucleares y movimientos muy sospechosos en las islas al norte del Pacífico, cerca de Alaska, en las aguas que separan ambos mundos. Ello podría ser la excusa perfecta para iniciar una tercera guerra mundial. Con el máximo secretismo, se recurre a un oficial del ejército norteamericano especialista en el manejo de submarinos, Adam Jones, para que se dirija al lugar acompañado de un par científicos, uno de ellos el célebre profesor Montel, con el fin de corroborar las sospechas. Los problemas comienzan cuando sólo cuentan con un submarino japonés en muy mal estado que no tienen tiempo de acondicionar apropiadamente, y cuando uno de esos científicos resulta ser una atractiva joven políglota, Denise Gérard, que hace hervir la sangre de una tripulación curtida. Aunque, naturalmente, eso no va a ser lo único que se van a encontrar en una travesía que se promete llena de peligros. 
   
   
   

ALARMA ROJA
 
Por Ignasi Juliachs
Probablemente no se trata de uno de los títulos más célebres de Sam Fuller, pese a percibirse en el producto las características propias de los 50 para atraer al público a las salas: uso del star-system (Richard Widmark); chica 10 (la entonces prometedora Bella Darvi, promocionada por el matrimonio Zanuck, aunque su carrera se truncó pronto); empleo del Cinemascope, formato aún incipiente por aquellas fechas; technicolor chillón; y sentido de una puesta en escena espectacular en exteriores, y aún en interiores pues, aunque parezca contradictorio, Fuller saca partido en ese sentido de las cuatro paredes del sumergible. La esencia del film es más bien claustrofóbica en un porcentaje importante; no hay que olvidar que estamos ante un típico film de submarinos que, aunque sin el background de la Segunda Guerra Mundial, fácilmente se adscribe a situaciones muy parecidas a las de los referidos a esa contienda. Pero aun no siendo de lo primero de Fuller, andado el tiempo —que acaso pueda entenderse por ser un film de aventuras muy al uso, de consumo rápido, sin demasiados matices (los buenos son los aliados, los malos son los comunistas perversos), sacando tajada de la guerra fría y de la amenaza nuclear en que tanto abundaría Hollywood a lo largo de los 50 y 60—, no puede negarse la efectividad del producto, en modo alguno aburrido con su continuada acción, y participando del savoir faire de su realizador, quien impregna la cinta de ese tono hosco en ambientes y tratamiento de los personajes tan familiar en todo su cine.   
Efectivamente, Fuller no ha renunciado a su visión negra de la vida, y no sólo porque estemos ante una historia de «bombita» que amenaza al mundo. Sin duda su experiencia personal como soldado durante la Segunda Guerra Mundial —entre otras lindezas, es un superviviente de la campaña de Italia y del desembarco de Normandía—, explicaría mucho de su cine. En primer lugar, Richard Widmark no recrea al héroe al uso; es claramente un mercenario que cuando considera que ha cumplido lo pactado quiere cobrar y regresar, prescindiendo de una subsiguiente misión que se percibe necesaria; claro que el profesor Montel (Victor Francen) no es un ángel, pues fuerza al capitán Adam Jones (Widmark) con la letra pequeña del contrato que el oficial no ha leído deslumbrado con lo que se le pagaba. Los motivos de Widmark son inicialmente egoístas, no idealistas; dinero y acción es cuanto ve. Otra cosa es que la cinta evolucione hacia actos de heroicidad altruista tanto por parte de Widmark como de la tripulación, inicialmente presentados como un atajo de brutos y, aunque subrepticiamente —código Hays de por medio—, también de lascivos ante la estimulante presencia de Bella Darvi, pues pese a todo Fuller todavía cree en algo, en esa chispa del individuo que en un mundo brutal y sin valores aún hace humano al hombre, capaz de grandes acciones.  
   A modo de coda, queremos reparar en una memorable secuencia de lucha entre dos submarinos en desigualdad de condiciones, el desvencijado que maneja Widmark frente a uno perfectamente armado de nacionalidad china, que merece por sí sola pasar a la antología del género.
   
     
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Características DVD: Menús interactivos / Acceso directo a escenas /   Ficha técnica y Ficha artística / Sinopsis / Biofilmografía Samuel Fuller / Tráiler original / Tráiler La casa de bambú de Samuel Fuller. Formato: 16:9, 4:3. Idiomas:  Castellano e Inglés. Subtítulos: Castellano. Duración: 99 mn. Distribuidora: Sherlock Home Video.

   
       
   

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