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Driver The Driver |
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Director (es) : Walter Hill | ||||||||||||
Año : 1978 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Thriller | ||||||||||||
Compañía productora : EMI/Twentieth Century-Fox | ||||||||||||
Productor (es) : Lawrence Gordon | ||||||||||||
Productor (es) asociado (s) : Frank Marshall | ||||||||||||
Compañía distribuidora : Filmayer | ||||||||||||
Guionista (s) : Walter Hill | ||||||||||||
Fotografía : Philip Lathrop en Panavision y DeLuxe Color | ||||||||||||
Diseño de producción : Harry Horner | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : David Haber | ||||||||||||
Decorados : Darrell Silvera | ||||||||||||
Vestuario : Jack Bear, Robert Cornwall, Jennifer Parsons | ||||||||||||
Maquillaje : Gary Liddiard | ||||||||||||
Música : Michael Small | ||||||||||||
Montaje : Tina Hirsch, Robert K. Lambert | ||||||||||||
Sonido : Richard Wagner, Theodore Soderberg, Douglas Williams, Paul Wells | ||||||||||||
Efectos especiales : Charles Spurgeon | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : Pat Kehoe, Lisa Hallas | ||||||||||||
Duración : 91 mn | ||||||||||||
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Ryan O'Neal
Bruce Dern Isabelle Adjani Ronee Blakely Matt Clark Felice Orlandi Rudy Ramos Joseph Walsh Denny Macko |
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En su habilidad en el manejo del volante reside la confianza depositada por toda suerte de atracadores en relación al hombre que apodan «el conductor», dispuesto a ganarse una importante cantidad de dinero a cambio de burlar a la policía en cada una de las persecuciones automovilísticas en las que se vea envuelto. Decidido a combatir el crimen y la extorsión, el «detective» conoce la existencia de un individuo contratado por diferentes bandas para que cumpla con éxito la última fase de las respectivas operaciones delictivas que se llevan a cabo. Para neutralizar el peligro que supone un hombre de estas características, capaz por sí solo de salir airoso de cualquier dispositivo policial, el «detective» se sirve de una estrategia que, a priori, debe ser infalible: hacer pasar unos policías por atracadores profesionales que requieren de los servicios del enigmático «conductor»... | ||||||||||||
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LA NOCHE SE MUEVE Por Christian Aguilera
![]() «Me encantan las comedias, los musicales y los thrillers, como a todo el mundo, pero creo que los films de acción son esencialmente el cine. Es el trabajo que el cine hace mejor y de una manera única. No quiero decir que las películas de acción sean mejores que las demás; de hecho, la mayoría es peor que la media. Pero las pocas que realmente funcionan son sublimes. Películas como Juntos hasta la muerte, Al rojo vivo, Duelo en la Alta Sierra, Los siete samuráis, Scarface, el terror del hampa, Heat, Harry el sucio, Attack!, El bueno, el feo y el malo... El verdadero poder de las películas reside en su conexión con nuestro inconsciente, o con la vida que soñamos de manera parcialmente consciente, y las películas de acción tratan del heroismo y de la muerte. Que el héroe viva o sobreviva es el drama primordial» (1). Así se expresa Walter Hill a lo largo de una entrevista realizada por Pat McGilligan e integrada dentro de la serie Backstory, consagrada a los guionistas que trabajaron en el cine norteamericano en la pasada centuria. A Hill no le traiciona el subconsciente cuando cita en primer término un par de títulos dirigidos por Raoul Walsh que ejemplifican, según su prisma, la excelencia dentro del denominado cine de acción. No en vano, Hill envió a Walsh —a punto de cumplir por aquel entonces los noventa años— un borrador del guión de The Driver con el ánimo de obtener su aprobación, como así resultaría en última instancia. Más que hacer las funciones de script doctor (2) (a principios de los sesenta había finalizado su
![]() ![]() Si bien para la realización de Driver Walter Hill se nutre de las lecciones extraídas a pie de obra en su condición de ayudante de dirección y guionista con visado para acceder a los platós, cabe entender su opera prima El luchador (1975) conforme a un ejercicio preparatorio de cara a un segundo largometraje cuya exigencia —a todos los niveles— resultaba mayor. Por ello cabe resaltar el apoyo que supuso para Hill volver a contar con Philip H. Lathrop, un veterano cameraman —ligado a las producciones de otro guionista-director, Blake Edwards— que persiguió un pronunciamiento estético en el tratamiento de la luz similar al de Danzad, danzad, malditos (1969), repitiendo de esta manera su asociación con el diseñador de producción Harry Horner. A tenor de las propias declaraciones de Hill, la plasticidad de las imágenes creadas en colaboración con Lathrop, al margen del tratamiento visual similar al mostrado en Danzad, danzad, malditos, obedece al hecho de “captar” en la gran pantalla algunos de los cuadros de Edward Hopper, sobre todo e
![]() (1) Backstory 4: Conversaciones con guionistas de los años 70 y 80, de Pat McGilligan. Plot Ediciones. Madrid, 2007. (2) Referido a aquellos guionistas experimentados que actúan en la sombra en determinadas producciones, sin que lleguen a figurar en los títulos de crédito aunque su contribución a la revisión de un guión que sufre carencias y requiere de especialistas que acierten en el diagnóstico (de ahí la expresión "doctor") y traten de que funcione una vez revisado. Robert Towne sería un buen ejemplo de script doctor.
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