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The Magic Box (Titulo original) |
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Director (es) : John Boulting | ||||||||||||
Año : 1951 | ||||||||||||
País (es) : GBR | ||||||||||||
Género : Biográfica-Drama | ||||||||||||
Compañía productora : Festival Film para A. J. Arthur Rank | ||||||||||||
Productor (es) : Ronald Neame | ||||||||||||
Guionista (s) : Eric Ambler, Ray Allister | ||||||||||||
Guión basado en : en la biografía de William Friesse-Greene Close-Up of an Inventor de Ray Allister | ||||||||||||
Fotografía : Jack Cardiff en Technicolor | ||||||||||||
Diseño de producción : John Bryan | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : T. Hopewell-Ash | ||||||||||||
Vestuario : Julia Squire | ||||||||||||
Maquillaje : Harold Fletcher | ||||||||||||
Música : William Alwyn | ||||||||||||
Montaje : Richard Best | ||||||||||||
Montaje de sonido : Harold V. King | ||||||||||||
Sonido : Herbert J. Bird | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : Cliff Owen, Max Varnel | ||||||||||||
Duración : 109 mn | ||||||||||||
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Robert Donat
Maria Schell Renée Asherson Lord Richard Attenborough Dame Margaret Rutherford Sir Peter Ustinov Sir Laurence Olivier Marjorie Fielding Leo Genn Stanley Holloway Barry Jones Ronald Culver Michael Denison Joan Dowling Kay Walsh Edward Chapman Sir Marius Goring Thora Hird Patrick Holt |
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En el año 1921, el inventor William Friesse-Greene fallece en Inglaterra sin apenas obtener reconocimiento por parte de sus conciudadanos. El que fuera principal impulsor británico, a nivel de investigación, del cinematógrafo, empezaría desarrollando su afición por la fotografía, asociándose con empresarios de la época. Pero su espíritu de «soñador» le llevaría a consagrarse a la búsqueda de procesos químicos que dieran lugar a la creación de imágenes en movimiento. Con el apoyo incondicional de su esposa de origen alemán, William Friesse-Greene convertiría los bajos de su casa de Bristol en un laboratorio, el lugar donde pasaría la mayor parte de su tiempo libre. Sin embargo, al ausentarse de sus obligaciones como cantante de un coro de ópera cuando éste es conducido por el ilustre Sir Arthur Sullivan --coautor de obras musicales como El Mikado--, su esposa, que forma parte de su sección de voces femeninas, se siente profundamente decepcionada y disgustada con «Willy». A esta tensa situación les acompaña una situación económica crítica debido a las crecientes deudas que William Friesse contrae con empresas de material fotográfico y socios descontentos con su capacidad para generar ingresos. | ||||||||||||
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LA INVENCIÓN DE FRIESSE-GREENE Por Llorenç Esteve
William Friese-Greene (1855-1921), al que da vida Robert Donat sale atolondrado de su estudio de madrugada, necesita encontrar a alguien para comunicarle el éxito de su último invento, una cámara que proyecta imágenes en movimiento. El único a quien se cruza en su camino a esas horas es un policía (Laurence Olivier) al que le dice exaltado; “tienes que venir y verlo”, ante la sorpresa y la sospecha de un posible crimen le pregunta; “que ha hecho usted”,pero la insistencia de Friese y la sospecha de tanto alboroto le empuja ir a su casa. El inventor prepara su cámara, cierra la luz, la desconfianza del policía aumenta como muestra su mano asegurándose de ir armado y empieza la proyección de fotografías en movimiento obtenidas horas antes en Hyde Park. Una vez terminada la excitación le puede a Friese-Greene. El fotógrafo que se ha convertido en cineasta parece emocionado c
![]() Esta secuencia de The Magic Box (1951) fue la elegida por Martin Scorsese para abrir la Jefferson Lecture en 2013, una conferencia organizada por el National Endowment for the Humanities en la biblioteca Kennedy de Washington en uno de los acontecimientos culturales de carácter anual más importantes en Estados Unidos. El hecho de que Martin Scorsese escogiera un film británico para empezar su discurso muestra el respeto que ha tenido el cineasta norteamericano sobre sus referentes, algunos incluso ayuda financieramente a restaurar, como varios films de Michael Powell y Emeric Pressburger, pero también una muestra de que el cine británico es una cinematografía defendida más por cineastas que por críticos e historiadores. La cercanía de Scorsese por el entusiasmo de Friese-Greene es también hacia una profesión que ama incondicionalmente, un homenaje particularmente sentido en La invención de Hugo (2011); cuyo origen es precisamente un tributo al film sobre Friese-Greene, epicentro inicial de la pasión del cineasta italo-americano por el cine cuando se padre le llevó a verla a los ochos años. Scorsese no dudo incluso en caracterizarse a modo del pionero británico en un pequeño cameo donde se le ve al mando de una cámara. Esa cercanía por el Méliès de Hugo o el Friese-Greene de The Magic Box, rige un patrón común, adelantados a su tiempo y a la vez derrota
![]() Ese aire reivindicativo también estaba presente en la gestación de The Magic Box, proyecto nacido a raíz del llamado Festival of Britain, un acontecimiento coincidente con el centenario de la gran exposición universal de Londres de 1851 y que intentaba mostrar que los británicos se habían recuperado de la guerra a sabiendas de haber entrado en el irreversible proceso de liquidación de su Imperio. A cargo de la dirección estaba John Boulting esta vez no acompañado, como era habitual, por su hermano también director y productor Roy Boulting, sino por Ronald Neame. Otra excepcionalidad era la presencia de entre 60 y 70 actores importantes del momento haciendo breves cameos (Laurence Olivier, Richard Attenborough, Dennis Price, Eric Portman). El autohomenaje empieza desde los títulos de créditos donde aparecen las tumbas de Edison, Étienne Jules Marey, Louis Le Prince o los hermanos Lumiere, en esa lista no hay ningún británico, y el film se construye en pos de remediar esa situación como parece indicar el crédito de “William Friese-Greene 1855-1921”, sobreimpresionado sobre las imágenes del protagonista caminando en el último año de su vida. Probablemente Friese-Greene no fuera el único e incluso el más indicado en situarse en ese panteón cinematográfico, pero su vida era lo suficientemente atractiva para plantearla en el celuloide.
Sin embargo, el film surgido como reivindicación del rol de los británicos en el cine y por lo tanto una posible crónica heroica, evita la habitual autocomplacencia de las producciones esponsorizadas. Ese tono no era ajeno para un cineasta como Boulting que había dado muestra de un tono pesimista en su obra precedente
![]() La dialéctica arte vs. vida domina parte del relato en un modo cercano a Michael Powell-Emeric Pressburger, incluso plasmada en su dialéctica visual que establece el colorismo dramático de Jack Cardiff en su etapa de plenitud recien salido de su etapa en The Archers. La escena de la vuelta de Friese-Greene de casa de Collings (Eric Portman) es un buen ejemplo. Ante el enfado de su primera esposa (Maria Shell) por no acudir al concierto, sus rostros: Shell en amarillos, Donat en verdes oscuros, explicitan sus posiciones hasta fundirse en color y en reconciliación poco después. Sin embargo, The Magic Box nunca llega al panteismo archeriano en parte porque esta sujeta al convencionalismo de las costuras de
![]() ![]() El motif “forget the past” es también un estímulo para Friese-Greene al permitirle dar su último aliento de dignidad en el segundo flashback de su vida, conectándonos con un espacio anterior al primero en una hábil hipérbole temporal y convirtiéndose de paso en una múltiple reivindicación, que matiza el primer flashback e inyecta de orgullo tan desolador presente. A pesar de no esconder el desatiendo de su vida conyugal la búsqueda de Friese-Greene adquiere un mayor lustre, al explorar las raíces de su pasión nacida de la casualidad pero motivada por la presencia de su futura primera esposa Helena que le hace de impulso motivador de su conversión de fotógrafo a cineasta. Por lo tanto esa búsqueda está más virada por la pasión que por la técnica, pero también su tono reivindicativo resulta la culminación del planteamiento regresivo del film, no como una apología nostálgica sino en cómo puede servir el pasado para construir el futuro. La respuesta, en buena lógica, queda abierta y no disimula el tono agridulce con que deja la muerte de Friese-Greene y el desconcierto de las jóvenes generaciones ante un pionero incapaz de salir del anonimato. The Magic Box es por tanto más que un biopic, es un film de tonos y texturas, de amor al cine, y del inherente drama personal que conlleva, pero también de la temporalidad en la vida y en el arte, y no evita su posicionamiento en un debate de presente con su mayúscula reflexión del estado de toda una cinematografía.•
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