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Unión Pacífico Union Pacific |
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Director (es) : Cecil B. De Mille | ||||||||||||
Año : 1939 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Western | ||||||||||||
Compañía productora : Paramount Pictures | ||||||||||||
Productor (es) : Cecil B. De Mille | ||||||||||||
Guionista (s) : Walter DeLeon, C. Gardner Sullivan, Jesse Lasky Jr. | ||||||||||||
Guión basado en : en una adaptación de Jack Cunningham sobre un relato de Ernest Haycox | ||||||||||||
Fotografía : Victor Milner | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : Hans Dreier, Roland Anderson | ||||||||||||
Vestuario : Natalie Visart | ||||||||||||
Música : George Antheil | ||||||||||||
Montaje : Anne Bauchens | ||||||||||||
Sonido : John Cope, Harry Lindgren | ||||||||||||
Duración : 133 mn | ||||||||||||
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Joel McCrea
Barbara Stanwyck Anthony Quinn Akim Tamiroff Robert Preston Lynn Overman Brian Donlevy Robert Barrat Stanley Ridges Robert Stevenson |
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Dos compañías, la Unión Pacific y la Central Pacific, debían unir sus líneas convergentes en Utah, uniendo el Este con el Oeste. Este gigantesco rpoyecto era fundamental para la nación americana ya que ayudaba a articular una nación en formación. Pero la construcción del ferrocarril comportaba actos de sabotaje y piratería para ralentizar la marcha de los obreros. Otras dificultades eran los ataques de los indios. Para su seguridad y mantener el orden, la compañía contrataba los servicios del ex-militar Jeff Butler, de quien se enamoraba la encargada de correos, Mollie Monahan, hija de un conductor de trenes que moriría en un descarrilamiento. | ||||||||||||
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LLEGA EL FERROCARRIL Por Tomás Fernández Valenti
![]() Su «héroe», el comisario Jeff Butler (Joel McCrea), parece una enésima variante de los pistoleros clásicos del cine mudo, impecablemente vestido y aseado, noble, poderoso y defensor de la ley y el orden. Un héroe cuyas virtudes son realzadas, a simple vista, mediante su contraste con otro personaje que, en principio, es su reverso: Dick Allen (Robert Preston), un jugador de cartas profesional que, por si fuera poco, forma parte de la banda de pistoleros comandada por Sid Campeau (Brian Donlevy) contra la que Jeff lucha. Un poco como el John Ford de El caballo de hierro, DeMille retoma el tema de la construcción del ferro
![]() No falta en esta ocasión el triángulo amoroso, el que se produce entre Jeff, Dick y Mollie Monahan (Barbara Stanwyck), situación que era muy del gusto del autor de Policía Montada del Canadá (1940), Piratas del mar Caribe (1942), Sansón y Dalila (1949), El mayor espectáculo del mundo (1952) y Los diez mandamientos (1956), todas ellas pródigas en situaciones triangulares. Por no faltar, ni siquiera falta el sentido didáctico del realizador, con su habitual desparpajo y falta de prejuicios a la hora de mostrar hechos históricos, introduciendo en la trama figuras relevantes de la historia de los Estados Unidos, al igual que había hecho Griffith en El nacimiento de una nación y America, con quien DeMille compartía similar espíritu de pionero. En las primeras escenas que transcurren en Washington, sugiere la presencia en off visual del presidente Abraham Lincoln como personaje impulsor de la idea de tender una línea férrea de costa a costa (lo cual da pie a una brillante elipsis: DeMille incluye un plano en el que se ve la mano de Lincoln firmando una carta en la que manifiesta su interés por la creación de la línea transcontinental, y a continuación encadena con un retrato pintado de Lincoln cuyo marco está adornado con un crespón negro, indicando así que se ha producido en fecha reciente el asesinato del presidente, efemérides que DeMille ya había mostrado, también elípticamente, en Buffalo Bill).
![]() Unión Pacífico acaba revelándose una película más compleja y, sobre todo, más avanzada a su época de lo que su frágil planteamiento pueda dar a entender. Destaca, en primer lugar, el tratamiento disolvente de la relación entre Jeff y Dick, quienes desde el principio son mostrados como excelentes amigos, separados por el tiempo y las circunstancias personales. Yendo más lejos, el hecho de que ambos fueran tan buenos compañeros en el pasado y sigan siéndolo en el presente (y a pesar de que el amor de Mollie, más que el hecho de hallarse a distintos lados de la ley, les enfrenta), sugiere que ni Jeff puede que sea un héroe tan íntegro como parece ni Dick un tahúr tan pérfido como aparenta. De hecho, DeMille apenas puede disimular las simpatías que le produce este último personaje, y no resiste la tentación —como buen puritano— de señalar a Campeau y Barrows, a los que tan sólo les interesa el dinero, como los verdaderos villanos del relato. De este modo, tiñendo de ambigüedad al representante de la ley y caracterizando simpáticamente al jugador de póker, DeMille avanzaba la complejidad del western de los años cuarenta y, sobre todo, de los cincuenta.
Otro aspecto que no se debe olvidar es que este realizador puritano, cierto, y ![]() |
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