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Star Wars: episodio III: La venganza de los Sith
Star Wars: Episode III: The Revenge of the Sith
     
    Director (es) : George Lucas
    Año : 2005
    País (es) : USA
    Género : Ciencia-ficción-Fantástica
    Compañía productora : Lucasfilm Ltd. para Twentieth Century-Fox
    Productor (es) : Rick McCallum
    Productor (es) ejecutivo (s) : George Lucas
    Compañía distribuidora : Hispano Foxfilm
    Guionista (s) : George Lucas
    Fotografía : David Tattersall en Technicolor y Panavision
    Diseño de producción : Gavin Bocquet
    Director (es) artistico (s) : Ian Gracie, Phil Harvey, Peter Russell, David Lee
    Decorados : Richard Roberts
    Vestuario : Trisha Bigar
    Maquillaje : Shane Thomas, Nikki Gooley, Vivienne MacGillicuddy
    Música : John Willams
    Montaje : Ben Burtt, Roger Barton
    Montaje de sonido : Ben Burtt, Matthew Wood, Teresa Eckton, Tom Myers
    Sonido : Paul Brincat, Ben Burtt, Tom Myers, Brian Simmons
    Efectos especiales : David Young
    Ayudante (s) de dirección : Colin Fletcher, James McTeigue,
    Duración : 140 mn
   
     
    Natalie Portman
Hayden Christensen
Ewan McGregor
Ian McDiarmid
Samuel L. Jackson
Jimmy Smits
Christopher Lee
Frank Oz
Anthony Daniels
Silas Carson
Keisha Castle-Hughes
Wayne Pygram
Bruce Spence
Temuera Morrison
Jeremy Bulloch
Kenny Baker
Peter Mayhew
Joel Edgerton
   
   
    Las Guerras Clon aún siguen, siendo cada vez más grande el distanciamiento entre el Canciller Palpatine y el Consejo Jedi. El joven caballero Yedi Anakin Skywalker se encuentra atrapado en el medio y su lealtad se resquebraja. Seducido por las promesas de poder y las tentaciones del Lado Oscuro, se pone al servicio del malvado Darth Sidious y se convierte en Darth Vader. Juntos, Los Lores del Sith ponen en marcha un complot de venganza que empieza con el exterminio de los Jedi. Solo sobreviven Yoda y Obi-Wan, y sobre ellos recae la misión de dar caza a los Sith, conduciendo a una culminante batalla de espadas laser que en enfrenta a Anakin con Obi-Wan y que decidira el destino de la Galaxia.
   
   
   

EL DILEMA DE ANAKIN SKYWALKER
 
Por Lluís Nasarre

De los films que componen la saga Star Wars,  personalmente, siempre me han resultado simpáticos esos instantes desplegados a lo largo de sus metrajes en los que se desarrollan ciertas crisis emocionales que han de ir desnudando a los personajes principales a lo largo del film. Esos instantes, con cámaras (auxiliadas por la banda sonora) que se detienen en los protagonistas (manifestando que son algo más que simples arquetipos), amén de aquellos otros de los duelos con espada laser que retrotraen a mi memoria, pretéritos recuerdos donde mediaban Errol Flynn y Tyrone Power enfrentándose en muchas ocasiones al excelente actor (y espadachín) Basil Rathbone. Pues bien, en esos frentes (especialmente) reposa uno de los principales focos de mi atención sobre la longeva Stars Wars.
Señaladas esas motivaciones personales de antemano, podemos constatar que en La venganza de los Sith (2005) o lo que viene a ser lo mismo, el episodio III de la Odisea Galáctica por antonomasia, el espectador podrá disfrutar en esta ocasión de situaciones con ambos condicionantes referidos. Es más, disfrutará/remos tanto de ellos, como de las habituales (y emocionantes, hábiles y ensoñadoras…) set pieces espectaculares que en cierta manera, intercalándose durante el film sirven, por un lado, para diseñar su concreto ADN fílmico como, por el otro, esconder aquellas deficiencias de algunas líneas de diálogo más bien torpes, más algunas actuaciones irregulares además de situaciones de un ritmo que a un servidor se le antoja extraño, siendo esto un film de Star Wars. No obstante, para seducción del resultado, en cierto modo, debes de comprar unos anacronismos concretos (escorados de alguna manera hacia la sensación de bastardismo versus  la legilitimidad de sus otros dos hermanos de trilogía) de un producto como los Sith.
Concretando: si echamos la vista atrás (ejercicio insoslayable) y nos detenemos en los episodios I y II, es decir La amenaza fantasma (1999) y El ataque de los clones (2002) notaremos que Ewan McGregor para esos films, no transmitía buenas sensaciones precisamente. Sin embargo, en este tercer jalón, lo apreciaremos más cómodo en su rol, al certificar como orienta al primigenio Obi-Wan Kenobi de Alec Guiness hacia sus propios intereses y mutándose en el Obi-Wan Kenobi que todos conocemos (y necesitamos) para la progresión dramática conjunta (y placentera) de su personaje en su cruzada con destino a la justicia, además de a la aventura. Su papel en esta ocasión se abraza al peso escénico que demanda el personaje y ello se transmite en la labor del intérprete de la reivindicable Moulin Rouge (2001). Con el resultado de que  la enjundia de ese personaje, que muy bien podría haber desnortado al actor (como en algunos instantes parece en los dos capítulos precedentes) en esta ocasión, no se desploma en absoluto en ningún momento. McGregor es consciente de hacia dónde debe encaminar su personaje. Sabe que “el desastre” con el que está vestido el destino de Obi-Wan Kenobi es un compañero ineludible de viaje (el recuerdo de los otros —anteriores(-posteriores)— tres films está ahí), sin embargo, enfrentándose (e intentando prevalecer) sobre la psique atormentada, retorcida y destrozada de Anakin, acepta su rol de desafiar a la fatalidad, aunque ésta tenga que llevarlo al ostracismo y posteriormente… a la muerte. En cambio, enfrente tenemos a Hayden Christensen, Anakin. Es cierto que el actor canadiense (de las películas que yo visto) nunca ha estado mejor que en esta ocasión, pero también es evidente que, tiene la suerte de compartir drama con McGregor para que su (difícil) personaje funcione. Un personaje de crucial presencia física y escénica, auspiciada todavía más por el elemento Fuerza. Un valor que, paradojalmente, no ha de servirle para no acabar sucumbiendo al amor merced a su fragilidad emocional y a una consecución de fracasos que le reportarán no encajar en el mundo que le ha tocado vivir para revertir en su (fatal) tránsito al lado oscuro. Sin embargo, por muy bien que el intérprete se desempeñe aquí, considero que, ese itinerario, hubiese necesitado de otras prestaciones que las ofrecidas por (el tibio)  Christensen, el cual, en ningún instante, evidencia disponer de recursos para alojarse en la vertiente mitológica que el factor Star Wars precisa. Unos mitos que, ya que nos referimos a ellos, todo hay que decirlo, van mucho más allá de lo que el propio George Lucas presupuso en su concepción. Porque llegados hasta este punto, el episodio III, en el «por donde han de ir los tiros» que ofrece La venganza de los Sith, por poco que nos detengamos en su estructura, podremos comprobar que su (anhelado) carácter alegórico está desvinculado de las (ingenuas) intenciones primigenias que en su día debía fraguar (en el caso de que lo hiciera) el responsable de THX 1138 (1971). Es cierto que, ni en el mejor de sus sueños, George Lucas, con La Guerra de las Galaxias (1977) hubiese podido llegar a imaginar que su historia trascendiera de ese modo. Si que soñar es gratis, pero personalmente no creo que su concepción llegará tan lejos. No obstante, contemplando la saga hasta hoy, ello no le perjudica para que visualmente, La venganza de los Sith  esté muy conseguida. Un triunfo cinematográfico que, no debemos engañarnos, va en detrimento de esas metáforas sociales (maldita la falta que le hacen esas segundas lecturas) que algunos han querido ver en la saga. Star Wars es entretenimiento. Entretenimiento puro y duro. Lucas no es ni Antonioni ni Tarkovsky. Lucas es eminentemente un narrador visual. Un storyteller que por un lado, está huérfano de ese rigor y esteticismo cinematográfico que si poseen, por ejemplo, los films de mágico realismo de Zhang Yimou —léase Hero (2002) y/o La casa de las dagas voladoras (2004)—, pero que por el otro, destila una emoción y un afecto tal hacia su criatura, que ello le hace imprimir un sentir fantástico a la historia que el espectador no puede menos que, sentirse, arrollado por la capacidad de imaginería que destilan sus imágenes en relación al sci sfy. En La venganza de los Sith Lucas se entretiene cuidadosamente en proyectar los detalles que han de contener su mundo. En el episodio I y II, había ido diseñando una serie de decorados y circunstancias que tenían un peso relativo (de complemento) en el entramado argumental. Sin embargo, es a través de esta tercera parte cuando descubriremos muchos de los significados de esa escenografía y puesta en escena. Aunque nuestro descubrimiento tendrá exigua durabilidad, ya que muchos de esos “mundos de Lucas” usados con anterioridad, ahora serán arrasados, destruidos, para configurarse con nuevos matices para la pretendida mitología galáctica en la que ha de convertirse la (conocida) antesala de lo que ha de venir. Llegados a este punto, lo que más me atrae de La venganza de los Sith es la plasmación de esa shakesperiana devastación. Un siniestro del que no se escapa ni el propio Anakin, en su duelo con Obi-Wan y que se convierte por derecho propio en uno de los mejores instantes no solo de este film en concreto, sino de esta trilogía que La venganza de los Sith culmina. En el duelo, adolecido de diálogo, ya que tanto el movimiento de ambos actores en escena como sus rostros hablan por sí solos, Lucas insufla un aire acertadamente barroco, que confiere más densidad trágica todavía. En mi opinión deviene un clímax superior al presenciado en el duelo de Obi-Wan y Darth Vader en la germinal La Guerra de las Galaxias e incluso superior al de la mejor película de la saga, El imperio contraataca (1980) entre Darth Vader (again) y Luke Skywalker en una pasarela desnuda.
   La venganza de los Sith tenía ante sí una labor compleja. No era fácil ensamblar los dos primeros episodios con los otros tres que ya estaban (imperecederamente) impresos a fuego en la memoria y el alma del aficionado. Y era más compleja si cabe, visto el rendimiento ofrecido por sus dos primeras compañeras de viaje, donde someramente se apuntaba un pathos que en su tercer escalón obtiene visos de melodrama. Y tan solo ese acierto conductor y ensamblador, ya le confiere su (alto y significativo) valor artístico en el (sub) género de las Space Opera. Siendo generosos y tomándonos las tres películas como una sola, podemos argüir que sus dos primeras partes, algo deslavazadas argumentalmente, si poseen en su ínterin del vértigo necesario para desembocar en la tercera parte y, que es esta última, mediante esos personajes con los que nos hemos ido moviendo, donde transmutaran todos sus caracteres por obra y gracia del libreto que el propio Lucas ha puesto sobre la mesa. Así de ese modo, y pivotando sobre el extravagante transvase de los afectos sobre Anakin, la templanza de Padme derivará en patetismo y el altruismo resignado de Obi-Wan en abnegada sensación de pérdida.   
    La venganza de los Sith concluye erigiéndose en el elemento que ostenta el dominio cinematográfico sobre la (trilogía) precuela constituida y afianza las bases de la trilogía original sacralizando al atormentado Darth Vader. Con ello, con esa tortura de Lucas a Vader, La venganza de los Sith alcanza el tono crepuscular y apocalíptico que se precisaba para dar paso a la leyenda a través de una nueva esperanza.•
   
     
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Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Comentarios de George Lucas, Rick McCallum, Rob Coleman, John Knoll and Roger Guyett / Seis escenas inéditas creadas exclusivamente para esta edición, con introducciones de George Lucas y Rick McCallum / Nuevo documental de larga duración titulado “En menos de un minuto” que proporciona la visión más detallada hasta la fecha del proceso de creación de una película de la saga, al ofrecer un análisis de todos los objetos y personas que intervienen en la creación de menos de sesenta segundos del Episodio III / “El Elegido”: Exclusivo cortometraje que le permitirá ser testigo del duro entrenamiento necesario para recrear las batallas Jedi más intensas de la saga / Extraordinario documental web de 15 episodios que narra la acción detrás de las cámaras durante la filmación de La venganza de los Sith / Video musical “A Hero Falls” que incluye el tema “Battle of the Heroes” de John Williams / Corto de avance, Tráiler de lanzamiento y 15 Spots televisivos / Posters cinematográficos y campaña publicitaria mundial / Galería inédita de fotos de producción con pies de foto especiales / Acceso a una versión de demostración especial para “Xbox” que permite jugar dos niveles completos del nuevo videojuego “Star Wars Battlefront II” y visualizar tráilers de los videojuegos “Star Wars Battlefront II” y “Star Wars Empire At War” / Enlace web de DVD-Rom a contenido exclusivo de Star Wars . Formato: Pal Widescreen 2.35:1. Idiomas: Castellano, Inglés y Catalán. Subtítulos: Castellano, Inglés y Catalán. Duración: 134 mn. Distribuidora: Twentieth Century Fox. Fecha de publicación: 30 de abril de 2021.

 



Características BD: Contenidos:
   
   
     
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STAR WARS: EPISODE III: THE REVENGE OF THE SITH (2005) 
John Williams
Sony Classical CD SK 94220, 2005. Incluye DVD Bonus (60 min aprox.)

   
       
   

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