MISSION: IMPOSSIBLE 3 (2006) 
Michael Giacchino
Varèse Sarabande VSD066733, 2006.

Hace un par de temporadas, la productora de animación Píxar nos volvía a sorprender con una excelente película, Los increíbles. No tan sólo podríamos constatar una vez más las excelencias de su acabado digital, la solidez de unos diálogos, de una brillante construcción de una historia que combina aventura, acción y un sentido del humor nada «infantil», sino de una banda sonora escrita por un recién llegado a la gran pantalla, Michael Giacchino, dispuesto a emular a su admirado John Barry y su serie Bond, tomando como punto de partida una composición original (co)escrita por Monty Norman. No en vano, Píxar había tanteado al propio Barry para que escribiera la música de Los increíbles, partiendo sobre la base que algunos pasajes del film que se articulan como un rendido homenaje a las películas interpretadas por el agente 007. Asimismo, Mission Impossible 3 nace de otra producción audiovisual de los años sesenta, pero en este caso en el terreno de la pequeña pantalla. Sin la celebridad de Barry, cuanto menos de cara a los nuevos aficionados, el argentino Lalo Schifrin elaboró una partitura para una de las series de culto de los sesenta que se ha convertido en el leit motiv de una saga cinematográfica que ha alcanzado la tercera entrega en un espacio de diez años. Vistos los resultados de Los increíbles, la presencia de Giacchino al frente del score de Mission Impossible 3 deviene una elección acertada por parte de su realizador, J. J. Abrams, quien ya había contado con el músico de Nueva Jersey para la creación de la banda sonora de Alias y Perdidos, sendas series de prestigio también circunscirtas en el ámbito televisivo. Distanciándose de los preceptos musicales por los que se movió John Woo para la segunda entrega de Mission Impossible –una amalgama de sonoridades techno surgidas de las factoría de Hans Zimmer aderezadas con temas de heavy metal estilo Metallica --, Giacchino ha retomado ciertos motivos musicales del film seminal creados por Danny Elfman. El compositor de origen italiano utiliza tempos medios, líneas sinfónicas (Reparations) y reverberaciones que alternan fragmentos de percusión con la sección de cuerda en aras a crear una atmósfera sonora que nos ayude a transportar a un escenario presidido por el desconcierto, lo inusual, en consonancia con lo que demanda un film de espionaje y de misterio ad hoc. Toda esta combinación de sonoridades, planteadas sobre un fondo de sintetizadores que se van modulando en función de la acción, sin dejar al margen los matices psicológicos de los personajes –un aspecto ausente en el film de John Woo—derivan, en ocasiones, a recrear algunos acordes del célebre tema de Schifrin (See You in the Sewer, The Chutist y Schifrin and Variations como colofón final), quien a pesar de seguir activo, sin duda tiene en esta añeja creación para televisión de apenas tres minutos de duración su mejor rendimiento a nivel de royalties.