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La joven del agua Lady in the water |
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Director (es) : M. Night Shyamalan | ||||||||||||
Año : 2006 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Fantástica-Misterio | ||||||||||||
Compañía productora : Blinding Edge Pictures/Legendary Pictures para Warner Bros. | ||||||||||||
Productor (es) : Sam Mercer, M. Night Shyamalan | ||||||||||||
Productor (es) asociado (s) : Jose L. Rodriguez, John Rusk | ||||||||||||
Compañía distribuidora : Warner Sogefilms | ||||||||||||
Guionista (s) : M. Night Shyamalan | ||||||||||||
Fotografía : Christopher Doyle, en Color | ||||||||||||
Diseño de producción : Martin Childs | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : Stefan Dechant, Christina Ann Wilson | ||||||||||||
Decorados : Larry Dias | ||||||||||||
Vestuario : Betsy Heimann | ||||||||||||
Maquillaje : Bernadette Mazur, Don Kozma | ||||||||||||
Música : James Newton Howard | ||||||||||||
Montaje : Barbara Tulliver | ||||||||||||
Montaje de sonido : Frank E. Eulner | ||||||||||||
Sonido : Steve Boeddeker | ||||||||||||
Efectos especiales : Steve Cremin, Patrick Edward White | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : John Rusk, Basti Van Der Woude | ||||||||||||
Duración : 110 mn | ||||||||||||
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Paul Giamatti
Bryce Dallas Howard Jeffrey Wright Bob Balaban Sarita Choudhury Cindy Cheung M. Night Shyamalan Freddy Rodriguez Bill Irwin Mary Beth Hurt Noah Gray-Cabey Joseph D. Reitman Jared Harris Grant Monohon John Boyd |
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Cleveland Heep es un hombre que vive en un edificio de apartamentos bastante destartalados. Una noche, Cleveland descubre a una extraña mujer que se esconde en las dependencias de debajo de la piscina. La misteriosa joven, llamada Story, parece ser en realidad una narf, especie de ninfa que aparece en las narraciones infantiles. La chica está siendo acosada por unos monstruos que tratan malintencionadamente de impedir que vuelva del mundo real al imaginario del cual procede. Story posee unos poderes extraordinarios que le permiten adivinar el destino de los habitantes del bloque de apartamentos, un destino estrechamente ligado al suyo propio. Entre todos, tendrán que descifrar una serie de claves para lograr la libertad de la chica y conseguir salvar su vida, su mundo, y también el «real» al cual todos pertenecemos.
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LA FÁBULA DE LA SIRENA Por Tomás Fernández Valentí
![]() A diferencia de los anteriores films de Shyamalan, La joven del agua empieza con una secuencia-prólogo que ilustra, mediante sencillos dibujos animados, la leyenda de la relación entre la gente del agua y la gente de tierra, de cómo convivían en armonía hasta el día en que estos últimos se internaron tierra dentro y dieron la espalda a los primeros, dejándose llevar por el afán de poseer, la codicia y las guerras, hasta el punto de perder contacto por comple
![]() Buena parte del prestigio de Shyamalan se asienta en su capacidad para crear atmósferas enrarecidas en contextos cotidianos (y sé que no estoy descubriendo nada: ello es la base del buen cine fantástico). El realizador se siente atraído por lo que se esconde de manera implícita dentro de la realidad explícita. Para Shyamalan (o para el Peter Weir de sus trabajos inscribibles en el género fantástico) lo raro, lo anormal, se halla superpuesto sobre lo normal, y su función consiste en encauzar la mirada del espectador y hacerle interpretar esa realidad alternativa que convive agazapada tras la cotidiana hasta que alguien desata un conflicto entre ambas, bien sea unos niños que ven a personas muertas, un hombre de huesos quebradizos convencido de que otro es virtualmente invulnerable, otro que ve en una invasión alienígena una respuesta a sus problemas de conciencia, una muchacha ciega dispuesta por amor a hacer frente a un terror desconocido, o una joven del agua que se aventura en el mundo de los de tierra.
Puede parecer un contrasentido que en La joven del agua sea una especie de sirena que se llama Story (Bryce Dallas Howard), por tanto un personaje irreal, no humano, la que desencadene ese conflicto entre realidad cotidiana y realidad fantástica. Mas el relato está principalmente contado desde el punto de vista de un personaje real y muy humano, Cleveland Heep (un excelente Paul Giamatti), que al
![]() ![]() El contagio entre lo fantástico y lo cotidiano queda muy claro desde las primeras secuencias, que contrastan a los peculiares vecinos que pueblan el recinto con la sirena. La presentación de los primeros tiene algo de grotesca, de rara, a lo cual no es ajeno el sentido del humor presente en situaciones y diálogos, bastante insólito en Shyamalan, que funciona como elemento de distorsión. En cambio, Story es presentada con naturalidad, tras una secuencia nocturna en la que Heep cree oírla chapoteando en la piscina del bloque y pierde accidentalmente la consciencia (plano de Heep recobrando el conocimiento en su sofá / plano detalle del suelo de su apartamento: gotas de agua / primer plano de Story). Más adelante, Heep deberá bucear hasta la cueva de Story buscando una cura para la sirena, y en cambio nunca veremos a Story meterse en el agua, apenas intuiremos su nado.
La joven del agua funciona en dos distintos niveles. Por un lado, tiene la apariencia de un cuento de hadas, sin renunciar a ninguno de los componentes clásicos de este tipo de relatos: Story es una sirena (una narf) que viene del Mundo Azul para visitar el nuestro (¿qué otra cosa es el variopinto núcleo humano que habita The Cove?); pero como en todo cuento de hadas hay un monstruo que intenta devorarla (un scrunt) y unos demiurgos que controlan el equilibrio entre ambos mundos (los tartutic); y la gente que vive en The Cove debe jugar su parte asumiendo determinados roles (el guardián, el curador, el intérprete…). Mas lo mejor reside en la mirada de Shyamalan sobre este material, en un inteligente y a ratos brillante juego entre fantasía y realismo, de tal manera que ambos conceptos llegan a convivir dentro de un mismo plano, de ahí que momentos planteados de forma realista tienen una extraña atmósfera irreal y, por el contrario, los momentos decididamente fantásticos están presentados de tal manera que su naturaleza fantastique es puesta en cuestión por el realizador a través de las sugerencias de la planificación. Ejemplos de lo primero: el largo plano medio de presentación de Heep, desatascando las cañerías del apartamento de la familia hispana; el plano picado combinado con travelling que abre la escena en la que Story, refugiada en la ducha, desvela sus secretos con el lenguaje de los signos… Ejemplos de lo segundo: la aventura subacuática de Heep en la cueva de Story, excelente momento feérico fotografiado en cambio con una iluminación muy realista; el plano al ralentí del ataque del perro atravesando la puerta, o ese primer plano del rostro del animal con el encuadre cortándole parcialmente la cara, que parecen sugerir al mismo tiempo la existencia y la inexistencia de esa criatura, su posibilidad y su imposibilidad; los planos subjetivos bajo la superficie del agua de la piscina (sobre todo en el clímax del relato: el descenso del águila sobre Story y la imagen de Heep que cierra la película), que vuelven a sugerir la convivencia entre lo real y lo irreal, sin afirmar lo uno ni negar lo otro.• |
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Documental: Reflexiones sobre “La joven del agua”: los personajes, la presentación y el guión, el lugar de rodaje, las criaturas, el aspecto, post-producción y final / Tomas falsas / “La joven del agua”: un cuento para no dormir / Escenas suprimidas / Audiciones / Tráilers cinematográficos. Formato: Pal 1.85:1, 16:9. Idiomas: Castellano e Inglés. Subtítulos: Castellano, Inglés, Danés, Finlandés, Noruego, Portugués y Sueco. Duración: 95 mn. Distribuidora: Warner Home Video. |
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LADY IN THE WATER (2006)
![]() ![]() ![]() James Newton Howard Decca Records B000GDH8O2., 2006. COMENTARIO (Por Roberto Cueto): La colaboración entre el director M. Night Shyamalan y el compositor californiano James Newton Howard ya va por la quinta entrega y se ha convertido en una indudable referencia actual de la siempre ansiada sinergia entre un cineasta y su músico: Shyamalan y Howard hace tiempo que se encuentran en ese grado de complicidad creativa que caracteriza a Tim Burton y Danny Elfman, David Cronenberg y Howard Shore o David Lynch y Angelo Badalamenti. Tras la prodigiosa aportación de Howard a El bosque, con La joven del agua acomete el desafío que implica un relato que se columpia constantemente en un difícil equilibrio entre lo ridículo y lo irónico, entre una pretendida visión mágica de la existencia y la autoconsciencia de sus propias estrategias fabuladoras. En ese sentido, la opción elegida por el compositor parece la más sabia: la asunción desprejuiciada del entramado alegórico-fantástico-mitológico del film, de manera que sea la combinación de esa música grandilocuente y descaradamente romántica la que entre en enriquecedor contraste con la insidiosa narración del director.
Los materiales que trabaja Howard son convencionales, incluso tópicos: luminosas secciones corales femeninas, motivos oscuros para retratar las tinieblas, una suave y adictiva melodía como tema de amor, despliegues orquestales en el clímax dramático, texturas acuáticas evocadas a través de una orquestación etérea... Y, sin embargo, hay en su tratamiento una indudable riqueza imaginativa, una honestidad que ataca de frente el meollo de la cuestión. Su score se articula sobre la dialéctica entre un tema positivo y otro negativo, el del «mundo azul» de donde proviene la misteriosa ninfa acuática frente al de los seres que acechan en la espesura de las sombras. El primero —el gran hallazgo de la banda sonora— es intrigante, evanescente, un motivo que parece no alcanzar un pleno crecimiento. Seguramente el más indicado para acompañar un relato que se va construyendo a sí mismo a medida que avanza, para unos personajes que adquieren identidad sobre la marcha. El segundo cae de lleno en el repertorio gótico-romántico con su lapidaria resolución descendente. Ambos se enfrentan en un solemne clímax orquestal cuya mística naif parece ser la misma del cine religioso de Shyamalan: la esperanza de una salvación en el rito, en la comunión primitiva con las fuerzas naturales. En medio, un bello tema de amor introducido por la madera y el arpa que, tras una breve insinuación, se desarrolla en toda su gloria en los créditos finales: otra convención (inevitable piano incluido) resuelta con similar dignidad, con igual franqueza. Este apreciable y a ratos hipnótico CD se cierra con tres covers de Bob Dylan que van desde lo deconstructivo (A Whisper in the Noise) a lo cañero (Silvertide) pasando por lo abiertamente sentimental (Amanda Ghost).•
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