Content Film

COMENTARIO (Por Joaquín Vallet Rodrigo): uy a pesar del estado en que se encuentra el actual cine norteamericano, (estado de perpétua idiocia como bien demuestran la práctica totalidad de la oferta cinematográfica que Hollywood exhibe, sin el menor rubor, en éstos días) a veces sucede que una película que, a priori, aparece como un producto convencional, no excesivamente lejano de la masificación de cintas de rápido consumo y olvido, resulta todo lo contrario de lo que podrían advertir los prejuicios. Y uno de los casos más notables, a éste aspecto, resulta La conspiración del pánico. Excelentemente reflejado en el film, así como las consecuencias de la agresivadad de las campañas bélicas, La conspiración del pánico aparece como una obra de cierto arrojo y valentía, no sólo por dichas intencionalidades críticas, sino por saberlas hibridar con un apabullante sentido del espectáculo cinematográfico.•

Nos encontramos ante uno de los thrillers más notables y eficaces del cine de los últimos años. Una película que, cinematográficamente, resulta un producto, por momentos, intachable. Poseedor de un guión perfectamente equilibrado que sabe narrar los avatares de una historia, de todo punto, rocambolesca sin caer jamás en las soluciones facilonas ni los tópicos al uso. De igual manera, por poseer un trabajo de dirección sorprendentemente sólido por parte de su máximo responsable, D. J. Caruso. Cineasta, por lo general, más que mediocre, surgido del convulso mundo televisivo y sin apenas ninguna película mínimamente reseñable a lo largo y ancho de su filmografía (la insufrible Vidas ajenas, con Angelina Jolie, es quizá el film más célebre de todos los que ha dirigido), en ésta ocasión, presenta unas formas

fílmicas más que depuradas, construyendo un film en el que las frenéticas secuencias de acción poseen una calidad fuera de lo común, combinándose a la perfección con los momentos más íntimos o dialógicos, sin que entre ambos elementos se observe ningún factor discordante sino, por el contrario, una absoluta cohesión. Posiblemente, no todo el mérito de ésta notable labor de dirección tiene que recaer en la persona de Caruso si observamos quién está vinculado a la producción del film: Steven Spielberg quien, muy probablemente, habrá delimitado la línea de acción de la película en más de una ocasión, a la par que confeccionado gran parte de la potencia rítmica y visual del film, otorgando, con ello, a D. J. Caruso un espejismo de talento que, evidentemente, no posee.

Pero la calidad de La conspiración del pánico va mucho más allá de su realización. Muy a pesar de su apariencia de cinta de acción, se trata de una de las películas más críticas con las decisiones bélicas de la administración de Bush. Sin establecer jamás en primer término sus objetivos de denuncia política, así como sin subrayarlos en exceso, pero manteniéndolos con absoluta solidez a lo largo de sus casi dos horas de duración, la cinta pone en tela de juicio el clima de desquiciamiento que se vive actualmente en los Estados Unidos donde uno de los más socorridos recursos de las altas esferas políticas consiste en la creación de un sempiterno clima de tensión que afecta casi a la completa totalidad de la población.