![]() |
|
|||||||||||
Something Wicked This Way Comes (Titulo original) |
||||||||||||
Director (es) : Jack Clayton | ||||||||||||
Año : 1983 | ||||||||||||
País (es) : USA | ||||||||||||
Género : Fantástica | ||||||||||||
Compañía productora : Bryna Company Production para Touchstone | ||||||||||||
Productor (es) : Peter Vincent Douglas | ||||||||||||
Productor (es) asociado (s) : Dan Kolsrud | ||||||||||||
Guionista (s) : Ray Bradbury | ||||||||||||
Guión basado en : la novela El carnaval de las tinieblas de Ray Bradbury | ||||||||||||
Fotografía : Stephen H. Burum en Technicolor | ||||||||||||
Diseño de producción : Richard MacDonald | ||||||||||||
Director (es) artistico (s) : John B. Mansbridge, Richard James Lawrence | ||||||||||||
Decorados : Rick Simpson | ||||||||||||
Vestuario : Ruth Myers | ||||||||||||
Maquillaje : Gary Liddiard, Jim Scribner | ||||||||||||
Música : James Horner | ||||||||||||
Montaje : Argyle Nelson | ||||||||||||
Sonido : Bob Hathaway | ||||||||||||
Efectos especiales : Lee Dyer | ||||||||||||
Ayudante (s) de dirección : Dan Kolsrud, Lisa Marmon | ||||||||||||
Duración : 95 mn | ||||||||||||
![]() |
||||||||||||
Jonathan Pryce
Diane Ladd Jason Robards Jr. Pam Grier Royal Dano Shawn Carson Angelo Rossitto Vidal Peterson Tim Clarke Jill Carroll Peter D. Risch |
||||||||||||
![]() |
||||||||||||
En la localidad de Greentown, Illinois, llega un 23 de octubre el «vendedor de pararrayos». Will Halloway y Jim Nightshade, dos niños de doce años que nacieron con apenas una diferencia de unas horas, son los primeros habitantes del pueblo en advertir la presencia de este extraño vendedor ambulante. Mientras Jim instala en lo alto de su casa el pararrayos que acaba de comprar con sus ahorros, Will se interesa por lo que está haciendo. Subidos en la azotea de la casa de Jim, ambos leen una hoja en la que se anuncia la inminente presencia de un circo ambulante a las afueras del pueblo. Will se siente contrariado porque en esta estación del año se instale un circo. El padre de Will, un hombre de cincuenta y dos años enfermo del corazón, cuenta a su primogénito que ya en tiempos del abuelo de éste se había producido el mismo hecho en el mes de octubre. En su visita al espectáculo circense, Jim y Will no tardarán en descubrir a Sir Dark, representante de la Feria Diabólica... | ||||||||||||
![]() |
||||||||||||
LA FERIA DE LAS TINIEBLAS Por Víctor Manuel Rivero
![]() Octubre, mes de Halloween, es el periodo en el que se desarrolla El carnaval de las tinieblas; (1962), que no es la mejor obra de Ray Bradbury, pero sí una de las más populares. A pesar de que se trata de una producción del gigante Disney dirigida a un público infantil y de que, dentro de su mecanismo, Clayton, ya en las postrimerías de su carrera, solo desempeñaría un papel de artesano —de hecho, se había tanteado a David Lean y Steven Spielberg antes que a él—, Something Wicked This Way Comes (1983) es una cinta que entronca con las inquietudes que había demostrado el cineasta anglosajón en el otro par de acercamientos al universo de los niños que jalonan su escueta filmografía como director, de tan solo siete largometrajes. Además, es significativo constatar el especial interés que Clayton había demostrado por estos citados proyectos, ¡Suspense! (1961) y A las nueve, cada noche (1967): los dos únicos de su carrera en los que combinará funciones de realizador y productor. Como en aquellas dos, El carnaval de las tinieblas (el título escogido para su añeja edición en vídeo, respetando así el de la traducción al castellano del libro) pone de manifiesto —aunque no como tema principal, eso sí— el contraste y los conflictos que enfrentan a la sensibilidad infantil con el punto de vista y los anhelos vitales de los adultos, seres oscuros aquí movidos por “ansias terribles del alma” que se traducen en cuestiones reprobables como la avaricia, la lujuria y la vanidad. Vicios que, en último término, conducirán a su perdición.
A partir de un relato de Ray Bradbury, auténtica referencia literaria de la ciencia ficción contemporánea, El carnaval de las tinieblas —que ya contaba con una primera y casi desconocida aproximación británica, datada en 1972 y qu
![]() Este eterno conflicto entre el Bien y el Mal, entre la luz y la oscuridad, es sin embargo el escenario alegórico donde se desarrolla un relato de redención familiar. En concreto, el de Charles Halloway (el gran Jason Robards), un hombre “que nunca toma riesgos”, envejecido por su corazón enfermo, y su hijo Will (Vidal Peterson), entusiasta y responsable —hasta el punto de resultar un tanto redicho—, contrapeso en sus aventuras de su inseparable amigo Jim Nightshade (Shawn Carson), quien por su parte es fruto de una familia disfuncional, vitalista hasta lo temerario y tercer vértice sobre el que gravita esta historia de deudas pasadas y
![]() «En realidad, esta es una historia sobre mi padre», confirma en la introducción la voz en off de un Will hecho hombre y que rememora con ternura los acontecimientos. El guion, firmado por el propio Bradbury —con quien Clayton, en funciones de productor, había coincidido en Moby Dick (1956)—, al que se añadirán posteriores enmiendas de John Mortimer, descompensa un poco esta afirmación para ceder protagonismo a las peripecias sobrenaturales que experimentan los dos críos, hermanados por una conexión pura, prístina, determinada incluso por su nacimiento conjunto, y desde donde se afirman como un bastión inmaculado frente a esa población de adultos que, como decíamos, venderán su alma a cambio de sus en absoluto virtuosos deseos, transformados en maldita materia por los hechizos de la feria de otoño instalada en el pueblo de la mano del mefistofélico señor Dark (Jonathan Pryce, un reemplazo solvente y económico de los pretendidos Peter O’Toole y Christopher Lee), experto en magia y artes ocultas. Maléficos juegos de espejos que, como demostrará la metáfora del desenlace, han de romperse mediante el conocimiento, la aceptación
![]() Si bien el filme atenúa la negritud del texto original, la tenebrosa ambientación de Clayton también concede momentos de enorme tensión e impacto visual, en especial para aquellos quienes, como un servidor, tiendan a encontrar repulsivas a las arañas. Los efectos especiales desempeñan un papel importante, pero se emplean con acierto y sin abusar de ellos, sin permitir que secuestren el relato o que coarten la creatividad narrativa de sus hacedores, como en cambio sucederá en estos géneros aventureros en la década venidera —aquello que el ahora escritor fetiche David Foster Wallace tuvo a bien denominar «porno de efectos especiales»—. Otra cosa es la irregularidad en la narración que provoca un montaje que, sobre todo hacia la conclusión del metraje, acaba por ser algo atropellado; daño derivado principalmente de las posteriores injerencias del estudio. «No es una gran película, pero, al menos, sí una bastante decente», comentaría Bradbury al respecto de los resultados.
A rebufo de la constante revisión y recuperación de los iconos ochenteros, durante los últimos años han persistido los rumores acerca de la realización de un remake de El carnaval de las tinieblas.•
|
||||||||||||
![]() |
||||||||||||
|
||||||||||||
|
||||||||||||
![]() |
||||||||||||
|
||||||||||||
Editorial: Minotauro.
Colección: Biblioteca de Autor Ray Bradbury
Autor: Ray Bradbury.
304 páginas. 18 x 11,5 cm. |
||||||||||||
![]() |
||||||||||||
|
||||||||||||
SOMETHING WICKED THIS WAY COMES (1983) |
||||||||||||
![]() |
||||||||||||
|
||||||||||||