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Posiblemente sea Henry Koster uno de los menos distinguidos directores provenientes del este o del centro de Europa que aterraron en los Estados Unidos en los años treinta y cuarenta. Tanto Fritz Lang, Otto Preminger, Lewis Milestone o Robert Siodmak, entre otros, apostaron por un cine de compromiso personal, circunstancia que les causó no pocos enfrentamientos con las "majors". Por su parte, Henry Koster se plegó desde un principio a las reglas de las grandes productoras con las que trabajó. A Koster se le encomendó la dirección de "Tres diablillos". Un film que supuso el debut de Deana Durbin, que a tenor de su éxito, se incrementó el número de films conjuntos hasta media docena ("Loca por la música", "El primer amor", "Su última diablura", "Princesita" y "Casi un ángel"), en algunos de los cuales formó pareja con Robert Cummings, pero sin llegar a la categoría de Jeanette MacDonald-Nelson Eddie o Ginger Rogers-Fred Astaire, por lo que respecta a las comedias musicales de la época. Henry Koster se había decantado por las "women pictures", que popularizaron en mayor grado George Cukor, George Sidney y Gregory La Cava, director con quien también le unía el hecho de haber versionado "Al servicio de las damas" en los años sesenta, con el título "Mayordomo aristocrático". Su ingreso en la Metro no modificaría sus perspectivas. Así pues, prosiguió su labor especializada en films de mujeres, recurriendo a futuras estrellas del Estudio, como Ava Gardner en "Al compás del corazón", o June Allyson y Kathryn Grayson en el musical "Dos hermanas de Boston". El acceso de Koster a un tipo de comedia más sofisticada y elegante lo propició la película "La mujer del obispo" / "Regalo de Navidad", saldada con su primera nominación al Oscar, para un rodaje que tuvo que sucumbir al divismo tanto de Cary Grant como de Loretta Young. El realizador de procedencia alemana rodó dos nuevas comedias a la Metro tomando como referencia "La mujer del obispo" / "Regalo de Navidad": "El invisible Harvey" y "Mr. Belverede Rings the Bell", continuación de la saga interpretada por Clifton Webb. Un título de suspense que se valía de un argumeto escrito por Daphne Du Marier, "Mi prima Raquel", la autora de "Rebeca", y "Momentos de peligro" -en el que James Stewart oficia de espectador de un imminente desastre aéreo, obteniendo el protagonismo años más tarde como piloto de un avión en la angustiante "El héroe solitario" (1957)-, resultó la credencial más válida y reciente para Koster, quien una vez incorporado a la Fox, cumpliría el reto más importante de su dilatada trayectoria. Sin duda, la dirección del primer film rodado en Cinemascope, "La túnica sagrada", determinaría no tan sólo una variación a nivel de puesta en escena, aprovechando las posibilidades que ofrecía el ancho de pantalla del nuevo formato, sino también la proliferación de films históricoreligiosos en el cine americano de los años cincuenta y sesenta. En buena lid, la aportación a la historia del cine por parte de Koster le reportó una continuidad en este subgénero, realizando "Desirée", "El favorito de la reina" -en la que Bette Davis repetía el papel de Isabel I de Inglaterra, que ya había hecho en "The Private Lives of Elizabeth and Essex" (1939), de Michael Curtiz- y "La historia de Ruth", film que sirvió a Otto Preminger para escoger al actor-novelista Tom Tryon para "El Cardenal" (1963). Mientras tanto, Koster no olvidó su faceta de retratista femenino, valiéndose para ello de intérpretes de toda clase y registro -Nancy Kwan ("Prometidas sin novio"), nuevamente Ava Gardner ("The Naked Maja"), y Debbie Reynolds y Greer Garson ("Dominique")-, en un claro reflejo de que sus planteamientos tendían a la dispersión y a un generalismo excesivo, poco proclive por tanto, al detalle y a la sutilidad narrativa. |