|
|
La contribución de Frank Sinatra al mundo del cine deviene una pequeña pero significativa porción de un conjunto de actividades colaterales que convergen en una de las figuras más importantes del show business americano. A excepción de De aquí a la eternidad, Suddenly y El hombre del brazo de oro, la primera etapa de Frank Sinatra, bajo contrato con la RKO y la Metro de forma alternativa, permanece indisociable a su faceta como cantante. En esta época es en la que amplifica su popularidad adquirida en el campo musical en obras de referencia dentro de un género que conoce una revitalización merced al empeño de Arthur Freed, Stanley Donen y Gene Kelly, entre otros. Levando anclas y Un día en Nueva York representan una alternativa modernista del musical dentro de una concepción del uso del color y de la coreografía que tendría en Ellos y ellas la última participación de Sinatra. La ambición de Sinatra abarcaba otros ámbitos interpretativos, ya sugerido en De aquí a la eternidad, en el papel de Angelo DiMaggio que le valió un Oscar no sin antes conseguirlo a través de su esposa Ava Gardner y una rebaja sustancial de sus honorarios. Pero Frank Sinatra mostró señales de una cierta inconsistencia e irregularidad, y por consiguiente, necesitaba reproducir un modelo de referencia. La creación del rat pack o del "clan Sinatra" habían delimitado e identificado el espacio cinematográfica de "la voz", líder natural de un grupo formado por Dean Martin, Sammy Davis, Jr., Peter Lawford y Joe Bishop. Las apariciones del rat pack en el curso de los cincuenta y sesenta habían sufrido múltiples combinaciones, pero permaneciendo invariables los nombres de Frank Sinatra y Dean Martin (Tres sargentos, Cuatro tíos de Texas, La cuadrilla de los once, Como un torrente). A través de la Sinatra Enterprises Production, «la voz» había intervenido en la financiación de sus propios films, Atrapado, Todos eran valientes --una coproducción americanojaponesa ubicada en la Segunda Guerra Mundial, que constituía su debut y al mismo tiempo despedida en la dirección--, Divorcio a la americana y de forma anónima en El mensajero del miedo. Por segunda vez, Sinatra participaba en la confección de un film que plantea un complot para asesinar al máximo mandatario de la nación. Si Suddenly partía de unos planteamientos de serie B -el título que supuestamente vio Lee Harvey Oswald antes de atentar contra el presidente Kennedy--, El mensajero del miedo comprendía un ambicioso proyecto respaldado por Frank Sinatra y dirigido por John Frankenheimer, un maestro del thriller de conspiraciones políticas. Tal como reconoció Frankenheimer, la adjudicación del papel del sargento Bennett Marco estuvo condicionada a su decisiva aportación en la producción. Después de coincidir su estreno con el magnicidio del presidente de los Estados Unidos en 1963, Sinatra obligó retirar el film del circuito comercial, y tan sólo transcurridos veinticinco años levantó un veto que hoy únicamente se entiende por su devoción haca la familia Kennedy y por su condición de convencido demócrata. No en vano, su gran amigo Peter Lawford había contraído matrimonio con uno de los miembros del clan Kennedy. Este hecho, unido a otros factores, condicionó el futuro del rat pack, que en sus comienzos habían adquirido una sólida fama de juerguistas, seductores y su relación con los bajos fondos. Mientras tanto, las constantes reediciones de sus canciones, los escándalos propiciados por sus amantes y mujeres (Ava Gardner y una jovencísima Mia Farrow), y el testigo musical cedido a manos de sus hijos Frankie y Nancy, seguían manteniendo las cuotas de popularidad de Sinatra, pero su molde cinematográfica parecía adecuarse a la representación de un maduro detective llamado Tony Rome o Joe Leland. En palabras de François Guerif, Tony Rome, al que representaría en Hampa dorada y La mujer de cemento, supondría para el género negro un cruce entre Matt Helm y Flint, y Philip Marlowe, el célebre personaje chandleriano, mientras que el Joe Leland de El detective ofrecía un arquetipo más complejo, que apuntaba incluso a connotaciones homosexuales. Gordon Douglas había conducido este trío de films que conforman sendos estudios sobre la psicología criminal dentro de un género en plena transformación. Amatente de las formas clásicas, tanto en su concepción musical como cinematográfica, Sinatra anunció su retirada del celuloide a principio de los setenta. Aunque no resultó definitiva sí fue una fecha de ruptura con un compromiso adquirido años a. Los espectáculos ocupó parte de su tiempo en los últimos años. Pero a raíz de su fallecimiento a los ochenta y dos años el retornó el interés de los medios de comunicación por una leyenda multidisciplinar. |