Michèle Leblanc arrastra consigo un tormentoso pasado. Instalada en la cincuentena, Michèle ha tratado de rehacer su vida para que el peso del pasado no la resulte insoportable. Sin embargo, la madura mujer sufre el ataque de un encapuchado en su propio domicilio hasta el punto que la viola. En un momento dado, cuando sufre un segundo ataque Michèle, copropietaria de una empresa de tecnología digital relativa a los vídeojuegos, lo pone en conocimiento de su círculo de amistades, incluyendo a su ex pareja y padre de su único hijo varón, Richard, un escritor frustrado por la falta de éxito. Entre los sospechosos de haber cometido la agresión sexual se encuentra uno de los jóvenes empleados de la empresa que Michèle y Anna comparten propiedad. Entre tanto, Michèle mantiene una furtiva relación sexual con Robert, el marido de Anna.